Durante años, ha sido un jugador de equipo dedicado en su empresa, un empleado estrella con excelentes relaciones en todos los niveles del organigrama. Pero de repente llega un nuevo jefe a la escena y todo lo que alguna vez amó de su trabajo se ha convertido en una fuente de agonía y frustración.
Entonces, ¿cómo puede volver a encarrilarse y recuperar su sensación de logro cuando su nuevo jefe parece estar haciendo todo más difícil? Esto es lo que sugieren nuestros expertos.
Piense positivamente
Es natural que eche de menos a su antiguo jefe, y su forma de hacer las cosas. Pero el hecho es que el cambio es inevitable en el trabajo. Para manejar este cambio, haga una autorreflexión. ¿Está atrapado en un patrón que ya no le funciona? ¿Cómo podría estar actuando de manera mezquina? ¿Y cómo podría estar contribuyendo a la negatividad?
Tenga un poco de empatía
Los nuevos jefes a veces tienen la costumbre de microgestionar o hacer cambios innecesarios sólo para destacar. Por supuesto, esto resulta irritante para los empleados veteranos, pero es importante ver las cosas desde su punto de vista. El jefe podría estar nervioso o podría estar intentando demostrar su valía. Aquí es donde entra en juego la empatía. Deles un poco de gracia y espacio para resolver las cosas. Probablemente se relajarán a medida que se adapten al papel.
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Enfóquese en las prioridades, preferencias y manías
Descubrir cómo trabajar bien con su nuevo jefe requiere investigación y agudas habilidades de observación. Su principal objetivo es conocer las prioridades, preferencias y manías de su nuevo jefe. ¿Zoom o Slack? ¿Revisiones periódicas o trimestrales? ¿Viernes de ejercicios de team building o días sin reuniones de TGIF (Thank God It’s Friday)? Discuta sus expectativas en torno a la toma de decisiones y la colaboración. Hacer preguntas como “¿Sobre qué decisiones quiere que lo consulte, y cuáles debo manejar por mi cuenta?” ayuda a evitar errores de comunicación.
Adopte un enfoque de “sí, y”
Algunas personas se ponen a la defensiva y se enfurecen ante el cambio cuando llega un nuevo jefe; otros pueden ir al extremo opuesto y volverse demasiado halagadores y aduladores. Tomar nota de la comedia de improvisación y adoptar un enfoque de “Sí, y” puede resultar útil. Esto significa basarse en las sugerencias de su jefe y ofrecer sus propios puntos de vista y perspectivas. Evite decir cosas como “Esa no es la forma en que hacemos las cosas” o “Esa no es una buena idea”. Y resista la tentación de unirse al sarcasmo cuando sus colegas se quejen de ellos a sus espaldas.
Tenga éxito en el trabajo
Es comprensible sentirse molesto por tener que demostrar su valía ante un nuevo jefe. Si bien puede parecer que está comenzando desde cero, tenga en cuenta que su nuevo jefe necesita conocerlo y ver de qué es capaz. Concéntrese en sus objetivos e invierta su energía en actividades que le ayuden a alcanzarlos. Y lo más importante, haga un esfuerzo extra para “tener éxito en el trabajo”. Esto puede requerir tiempo adicional de su parte, pero la buena noticia es que ya tiene el conocimiento y las habilidades para triunfar.
Piense en las alternativas
Si su nuevo jefe está haciendo que su trabajo sea tan miserable que está considerando dejarlo, es necesario hacer un examen de conciencia serio. ¿Le agrada su empresa, los beneficios, sus compañeros y el trabajo en sí? Si la respuesta es mayoritariamente afirmativa, probablemente valga la pena averiguar cómo hacer que funcione.
Pero si ha esperado un tiempo y su jefe sigue socavando su satisfacción laboral, puede que valga la pena explorar oportunidades dentro o fuera de la organización.
Por Rebecca Knight
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