Si bien el ciclón Yaku ya se alejó del litoral peruano y aún no se declara oficialmente la presencia de el Niño costero, las condiciones atmosféricas en el país hacen avizorar que habrá eventos climáticos extremos que, entre otros efectos, pueden dañar los cultivos.
Así lo advirtió Julio Ordóñez, investigador del Senamhi, quien indicó que, debido a una secuela que dejó Yaku, con lluvias sobre lo normal, hoy se tiene exceso de caudales en los ríos de la costa norte y central, pero a la vez un déficit de lluvias (debajo de lo normal) que podría continuar y agudizar la sequía en el sur.
Hasta fines del 2022, hubo menos precipitaciones pluviales de lo normal -que se atribuyó a la ocurrencia por tres años consecutivos del fenómeno La Niña- que afectó diversos cultivos de consumo interno en el sur.
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Luego, en el verano de este año, llegaron algunas lluvias que mejoraron el almacenamiento en reservorios del sur, como en Arequipa, aunque no mejoró mucho las condiciones en Puno.
No obstante, Ordóñez advirtió -durante un evento del Midagri- que si bien se pronostica que seguirán las lluvias excesivas (en el norte y centro del país), a su vez hay entre 85% y 100% de probabilidad de que haya (otra vez) sequía en el sur.
“A partir de junio o julio y agosto, que es periodo de estiaje ya estaríamos entrando a un clima seco, con ausencia de lluvias”, recalcó.
¿Qué cultivos estarían en mayor riesgo?
A su turno, Greys Otiniano, especialista en riesgo agroclimático del Senamhi, avizoró diversos efectos negativos que tendrán estos climas extremos en los principales cultivos de la campaña agrícola 2022-2023 que culmina en junio.
Así, indicó que se prevé bajos rendimientos para los cultivos de papa en la sierra central, tanto para cultivos bajo riego como bajo secano (dependiente solo de lluvias).
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Un reporte del Senamhi indica que, para el caso de la papa, no se descarta un incremento en la incidencia de enfermedades asociadas a la alta humedad, como la rancha, la alternaria, entre otras, así como daños por las lluvias intensas.
Efectos de plagas y sequía
Asimismo, Otiniano indicó que los cultivos de maíz también tendrían bajos rendimientos en la sierra en general, debido a la ocurrencia de heladas y granizadas, mientras en la sierra sur y el altiplano el menor rendimiento estaría asociado a la sequía.
Se prevé también riesgos para la siembra de maíz en la costa, originados por la posible presencia de plagas y enfermedades fitosanitarias que propicia la excesiva humedad que traen las lluvias sobre lo normal.
Otro de los cultivos que podría sufrir bajos rendimientos es la quinua, tanto en la sierra central -que ya venían atrasados por la sequía del año pasado- como en la sierra sur, donde se esperan rendimientos muy bajos.
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Si bien estos pronósticos comprenden el trimestre abril-junio, la especialista advirtió que dichos eventos climáticos extremos podrían afectar la campaña agrícola 2023-2024 (que debe empezar en agosto próximo y concluir a mediados del año siguiente).
Se afectarían también productos para agroexportación
En tanto, según Jesús Mejía, analista de recursos hídricos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), además de los cultivos de consumo interno que se pueden afectar, como el arroz, hay otros (también destinados a la agroexportación) que se podrían dañar.
Entre estos citó los de plátano, uva de mesa, mangos y palta, ya dañados debido a la anegación de los fundos, pero también por la posible ocurrencia posterior de plagas o enfermedades que se pueden originar por los desbordes, aniegos o saturación de humedad en el suelo.
En la costa norte, en zonas productoras de mango en Piura, las temperaturas nocturnas cálidas previstas podrían afectar el proceso de inicio de floración natural del cultivo de esa fruta.
Igualmente, observa que en Piura la aparición de enfermedades fungosas puede dañar las plantaciones nuevas de palta.