Calles inundadas, cultivos perdidos, casas inhabitables, desbordes de ríos, daños materiales en la infraestructura pública, heridos, fallecidos y desaparecidos, son las consecuencias habituales de los en el Perú pero ¿se está respondiendo adecuadamente?

La Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú) indicó que luego de todo ese caos aparecen siempre los estados de emergencia, la aparición tardía del Gobierno, ayuda humanitaria de centros urbanos, puentes temporales, caravanas con alimentos no perecibles y carpas.

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"Luego, todos se olvidan de lo que pasó hasta que la historia se repite unos meses después, con el siguiente fenómeno natural, esta vez durante los meses de mayo, junio y julio, y así sucesivamente, año tras año. ¿Hasta cuándo vamos a esperar que esto cambie?", indicó.

Precisó que si bien es cierto que cada año la situación recrudece, las fechas son repetidas y los eventos naturales, conocidos.

Incluso, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) tiene un calendario donde indica claramente que la temporada de huaicos se da entre los meses de diciembre y abril, junto con las lluvias e inundaciones, y que las heladas en la sierra y los friajes en la selva se producen entre los meses de abril y agosto.

"Con las cosas así de claras, no podemos seguir pecando de ingenuos ni darnos el lujo de actuar deliberadamente tarde", mencionó el gremio.

Detalló que en lo que va del año, el Indeci ha registrado un total de 875 fenómenos naturales, de los cuales 451 fueron lluvias (cuya mayor incidencia se dio en Arequipa, Piura y Apurímac), 103 huaicos (concentrados principalmente en Lima) y 69 inundaciones (sobre todo en Loreto, Lima e Ica). Tal como estaba previsto en su calendario.

Y al 14 de febrero ya se habían registrado 31 personas fallecidas, 85 heridas, 46,691 damnificadas, 369,780 afectadas, 4,923 viviendas destruidas y 4,508 hectáreas de cultivo perdidas. "Lo que demuestra, una vez más, que el Perú tiene una seria deficiencia en lo que respecta a previsión", dijo.

El gremio empresarial recordó que desde 2012, existe una categoría dentro del presupuesto nacional que se define como "reducción de la vulnerabilidad y atención de emergencias por desastres", la que incluye diferentes productos y proyectos con esa finalidad.

En el presente año, el Gobierno destinó como presupuesto para esta categoría un total de S/ 889 millones, menos de la mitad de lo presupuestado en 2016, pero que seguramente, a raíz de los distintos fenómenos ocurridos durante estas semanas, irá aumentando durante el año.

En 2016, esta categoría recibió un presupuesto inicial de S/ 2,095 millones, que se recortó a S/ 1,919 millones durante el año, y de los cuales se utilizó finalmente un 75%.

La mayor parte de dicho presupuesto se destinó a acumular y preparar capacidad instalada para la respuesta a las emergencias (un 22% del presupuesto institucional modificado – PIM), como el almacenamiento de infraestructura móvil, la administración y almacenamiento de kits para asistencia, el desarrollo de centros de monitoreo de emergencias, la implementación de brigadas y el desarrollo de simulacros.

Otro 13% del presupuesto se destinó a atender la emergencia provocada por el fenómeno de El Niño (posdesastre); un 5% a la adquisición de maquinaria y equipos por parte del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento para atender las emergencias; y solo un 4% al mantenimiento de cauces, drenajes y estructuras de seguridad para contención de peligros (S/ 81.6 millones).

"Es evidente la necesidad de establecer un plan integral para mitigar los efectos de un eventual desastre. Aplaudimos la rápida iniciativa del Gobierno actual al implementar el Programa Trabaja Perú, en el cual se priorizarán proyectos de trabajo comunal en zonas afectadas por huaicos, lo que genera también puestos de empleo temporal dentro de las mismas comunidades. No obstante, los exhortamos a trabajar también en la prevención de las heladas y friajes que vendrán. Es momento de actuar", finalizó.