Esta semana el ministro de Economía, Pedro Francke, informó que el Gobierno tiene previsto elevar en el 2022 la Remuneración Mínima Vital (RMV), actualmente en S/ 930.
Si bien el ministro refirió que aún se evalúa el nivel de aumento y desde qué mes se aplicará, el anuncio ha generado una fuerte preocupación, sobre todo a nivel de las micro y pequeñas empresas (mypes).
Si bien se registra una recuperación económica en los últimos meses, esta aún no alcanza a todas las pequeñas empresas, fuertemente afectadas por el COVID-19, indicó Ana María Choquehuanca, presidenta de la Asociación Pyme Perú.
“Hay estudios que indican que en el 2020 el número de mypes formales en Perú se redujo en 40%. Y ahora la reactivación económica aún no se refleja en la realidad de todas las mypes”, remarcó.
Agregó que un aumento del sueldo mínimo haría más difícil la formalización de las mypes.
“Aún no es momento para subir el sueldo mínimo; lo será cuando aumente la productividad. Recién iniciamos el proceso de reactivación, muchas empresas aún tienen deudas altas”, refirió.
Por su parte Eduardo Jiménez, analista de Macroconsult, coincidió en que el impacto del alza del sueldo mínimo será mayor en las pequeñas empresas.
“Aún no es momento para elevar el sueldo mínimo; de darse la medida el problema de la informalidad podría crecer, pues la productividad aún no ha crecido”, subrayó.
Por su parte Pío Pantoja, presidente de la Asociación Peruana de Empresarios de la Panadería y Pastelería (Aspan), refirió que si bien en la mayoría de las empresas de su sector se paga por encima del salario mínimo, la medida tendría un efecto indirecto.
“En nuestro sector el mínimo que se paga es S/ 1,100. Pero la medida, de darse, presionará también a subir el sueldo a los que ganan más que el sueldo mínimo, y eso puede generar problemas a las empresas. El sueldo debe subir en función a las habilidades de cada trabajador”, señaló.
¿Remuneración mínima diferenciada?
Una idea recurrente en los últimos años es la posibilidad de establecer una RMV diferenciada, según el tamaño de las empresas o la región donde esté ubicada.
Al respecto, Jiménez refirió que si bien esta alternativa es factible, requiere de una evaluación previa muy cuidadosa para evitar distorsiones.
“Tendría que evaluarse pues resultaría complejo. Por ejemplo, si es por tamaño de empresa, debe tenerse cuidado en cómo no generar la atomización empresarial, pues las empresas buscarían dividirse para tener un menor sueldo mínimo”, indicó.
Por su parte Choquehuanca, si bien no se opuso a esta alternativa, remarcó que cualquier nivel de aumento del sueldo mínimo para el sector mype impactaría en los niveles de formalización.
“En cambio las grandes empresas casi no pagan el sueldo mínimo, los salarios están por encima. Para las grandes empresas se debe reforzar la fiscalización laboral para que los trabajadores cuenten con todos los beneficios que les corresponden, por ejemplo, el pago de horas extras”, anotó Choquehuanca.