Una versión débil del fenómeno climático La Niña golpearía los rendimientos del trigo en la recta final del año en el oeste agrícola de Argentina, donde ya se registra una sequía, y podría causar dificultades en la siembra de la soja y el maíz, dijeron especialistas climáticos.
La Niña suele provocar una merma en las lluvias de la principal región agrícola de Argentina, que es uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.
Si bien los meteorólogos esperan que el fenómeno no sea intenso, los agricultores de la franja occidental estarían particularmente expuestos, ya que sufren la falta de agua hace casi dos meses.
"Vamos a desembocar en una Niña que para muchos va a ser complicado", dijo el meteorólogo independiente Leonardo De Benedictis. "La preocupación es fundamentalmente en las zonas donde se está esperando las lluvias de primavera (de septiembre), que hay que ver si tardan en llegar o si llegan".
La provincia de Córdoba, el oeste de la provincia de Santa Fe y el noroeste de Buenos Aires sufren desde junio una sequía que hizo que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtiera que podría recortar por tercera vez su previsión para el área de trigo del ciclo 2020-2021, actualmente de 6.5 millones de hectáreas.
"Esas zonas van a pedir al principio de la primavera más de lo que la atmósfera puede dar. Puede ser riesgoso para la floración del trigo, una situación problemática", explicó Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA).
De acuerdo con el indicador de referencia elaborado por el Gobierno estadounidense y la Universidad de Columbia, hay un 54% de probabilidades de condiciones de La Niña entre septiembre y diciembre, cuando el trigo argentino define sus rindes y se siembra la mayor parte de la soja y el maíz, los dos principales cultivos del país.
Si bien para Heinzenknecht La Niña sería principalmente una amenaza para la productividad del trigo porque no se extendería durante toda la primavera austral, De Benedictis cree que existe el riesgo de que el fenómeno impacte en la superficie de la soja y el maíz.
En las zonas que ya arrastran un faltante de agua "es posible que muchos decidan no sembrar, pero porque van a estar imposibilitados de sembrar", señaló De Benedictis.
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el tercero de maíz.