Tras el golpe de Estado de Pedro Castillo el 7 de diciembre pasado y el inicio de las protestas en diversas zonas en el país, las agencias calificadoras internacionales pusieron sus ojos en el Perú. Primero Fitch Ratings advirtió su preocupación por los sucedido y luego S&P Global Ratings rebajó la perspectiva de la calificación de estable a negativa. Ahora, el vicepresidente del Grupo Riesgo Soberano de Moody’s, Jaime Reusche, evalúa, en entrevista con Gestión, la situación y cómo puede afectar en la calificación.
¿Cómo evalúan la situación que vive el país?
Luego del intento del golpe de Estado vimos la reacción del Congreso y de todos los poderes del Estado. Lo que nos sorprendió es que si bien tuvimos un shock el miércoles pasado (7 de diciembre) totalmente imprevisto, que nos asustó un poco, se resolvió rápidamente la incertidumbre. Pensamos que se debía guardar calma porque se podría resolver en días, pero fue muy rápido. Ese primer paso fue muy positivo porque las instituciones aguantaron y eso apoya la perspectiva de la calificación de Perú.
¿Esa situación inicial de cierta tranquilidad, cambió con la convulsión de la última semana?
La violencia que hemos visto en el sur sí nos ha dejado un poco incómodos, estamos un poco preocupados, no tanto por la actividad económica, ni las políticas fiscales u otras variables macro, pero sí por lo que podría implicar esto. Se está presionando al Gobierno para adelantar las elecciones al 2023, pese a que el Gobierno ya había dado señales de que quería adelantarlas en el 2024. Incluso veíamos positivo un Gobierno de transición de Dina Boluarte hasta el 2024, con la oportunidad de calmar las aguas y generar estabilidad en el aspecto político.
¿Ya no ven esta oportunidad?
Si bien la situación ha cambiado con la violencia y los disturbios, por ahora las instituciones también siguen reaccionando de manera prudente y eso lo resaltamos a despecho de que también estamos nerviosos.
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¿Ese nerviosismo podría cambiar la perspectiva de la calificación del Perú?
No nos queremos precipitar a hacer ningún cambio de la perspectiva en este momento. Queremos esperar, seguir esperando y analizando la situación y ver si es que se puede retomar el control del orden público.
Decisión de Moody´s
¿Hasta cuándo van a esperar para decidir?
Si es que se ha restablecido el orden público, sería a principios del próximo año que retomaríamos la evaluación.
¿En enero se tomaría una decisión?
Sí, seguiríamos analizando en enero. No queremos tomar una decisión ahora con la coyuntura que se tiene con protestas y violencia, pero si hay un incidente que agrava mucho la crisis no descartamos que evaluemos en estas semanas. Nuestro escenario base es que eventualmente se van a calmar las protestas posiblemente alrededor de fiestas o quizás antes. Le tenemos que dar el beneficio de la duda al Gobierno de que va a restaurar el orden público.
Siempre se cuestiona la debilidad institucional del Perú, pero está logrando soportar la situación de crisis...
Es muy sorprendente. Lo que pasó el 7 de diciembre es que las instituciones han soportado y evitado que el Perú entre a un régimen dictatorial. Las instituciones han aguantado y es por eso que se le tiene que dar el beneficio de la duda al Perú en este momento. Esto tiene que ver con las cicatrices del pasado, pues el país ya pasó por una situación similar y ahora ha sabido reaccionar.
¿Ven mejor unas elecciones en el 2024 o en 2023?
Lo que nos preocupa de las elecciones en el 2023 es que va a haber muy poco tiempo para una campaña presidencial ordenada y que vamos a tener mucha improvisación en propuestas electorales. Puede haber mucho más volatilidad de los resultados. Lo vimos cuando Martín Vizcarra disolvió el Congreso y no hubo tiempo para hacer campaña porque las elecciones se dieron de manera apresurada y tuvimos un Congreso con muy pocos integrantes que tenían experiencia política. Pero, como están las cosas, adelantar las elecciones al 2023 puede hacer que se solucione el conflicto actual y reducir la tensión.
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Espacio para gasto adicional
Mencionó que no hay preocupación por las cuentas fiscales ¿No ven ningún riesgo de que el Gobierno tenga que flexibilizar el gasto para contrarrestar las protestas?
Creemos que hay espacio para absorber cualquier tipo de concesión que quiera o pueda dar el Gobierno. Restaurar el orden público es tan importante para anclar la confianza que se puede absorber fácilmente cualquier retiro de las cuentas fiscales si es que se dan ciertas concesiones.
¿Qué tanto espacio hay?
Las cuentas fiscales están bastante saludables. No hay una brecha de déficit muy amplia porque el Perú tiene una posición fiscal más fuerte que el resto de Latinoamérica. Hay espacio para atender demandas sociales y dar concesiones, pero es un poco acotado, tampoco es ilimitado.
¿Por dónde viene este espacio fiscal?
Básicamente por ingresos que han estado por encima de lo esperado, pero sí esperamos que se desacelere en el 2023 y porque no hubo tanta ejecución del gasto. Tuvimos un periodo, en este año, en que la inversión pública no estuvo caminando y hubo ciertos espacios, luego se dinamizó en la segunda mitad del año, pero con el inicio de nuevas autoridades regionales no esperamos que se use todo el gasto en obra pública y eso abriría ciertos espacios para demandas adicionales de gasto.
¿Y la capacidad de endeudamiento del país?
Sigue siendo robusta; pese a que el costo de financiamiento se ha incrementado no es tan alto como en Colombia o México. Hay cierto espacio.
¿Cuál es la previsión de crecimiento que tiene Moodys para el Perú en el 2023?
Estimamos un crecimiento de 2.3%. La gran pregunta es si las protestas que se tienen actualmente van a afectar el desempeño económico del próximo año y diría que depende que se restaure el orden público este mes. Si las protestas continúan hasta enero, se puede tener un impacto negativo de oferta en enero y el primer trimestre del año, pero también en la confianza que tenía una ventana muy interesante para poder repuntar y apuntalar el crecimiento del próximo año.
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Indicadores financieros de Perú
¿El hecho de tener un panorama electoral a la vista, no complica la economía por la incertidumbre que genera?
Depende mucho de los candidatos. Tener elecciones el 2023 o el 2024 de cierta forma es de doble gatillo. Si uno demora hasta el 2024 hay más tiempo para tener una visión más ordenada, pero también se da tiempo a los elementos radicales a ser candidatos y organizarse para las elecciones. El moverlas al 2023 sí genera mayor incertidumbre, mayor volatilidad en los candidatos, pero tal vez le da menos espacio a candidatos radicales a organizarse en un partido. Ambos escenarios aún los estamos analizando para ver cuál es más positivo o negativo.
¿Preocupa que nuevamente esté el pedido de cambio de Constitución?
Se está usando lo del 7 de diciembre como una excusa para cambiar la Constitución vía una asamblea constituyente. Pero hay que destacar que a raíz de la Constitución que tenemos, que es tan clara, se dio la pauta para reaccionar ante esta situación y muestra que tiene fortalezas. Si hay que hacer algunos cambios es más que nada en temas políticos, son ajustes.
¿Han visto cambios en los indicadores financieros del Perú con esta crisis?
Los activos peruanos se han mantenido estables desde el 7 de diciembre. Si bien hubo una reacción muy negativa en tipo de cambio, bolsa de valores o bonos peruanos, porque los inversionistas internacionales tuvieron un poquito de susto, luego vieron que las instituciones funcionaron, y pese a las protestas aún mantienen la calma. Eso es un buen reflejo de lo que estamos tratando de hacer nosotros, de no apresurarnos a cambiar la perspectiva intempestivamente.
¿Cuándo revisan la calificación de Perú?
Entre junio y julio del 2023.
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