La economía peruana tuvo su peor desempeño en el 2023, luego de 25 años (sin contar la pandemia del covid-19), y uno de los componentes que afectó a la producción nacional es la contracción en la inversión fija (que incluye la pública y privada).
De acuerdo a los analistas nacionales e internacionales que componen el LatinFocus Consensus Forecast, la inversión fija habría caído 5.8% en el 2023 y se esperaría un “rebote” para este año.
Eso va esa línea con el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), que proyectó para el año pasado una desaceleración de la inversión privada en 7.3%, mientras que la inversión pública con un ligero crecimiento de 1%, por lo que la economía peruana habría registrado una contracción de 0.5%.
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Para el Instituto Peruano de Economía (IPE), la inversión bruta fija habría caído 6.1% durante el 2023 y buena parte de este retroceso se concentra en la inversión privada con una contracción de alrededor de 7.6% el año pasado, en un entorno de baja confianza empresarial, altos costos de financiamiento y menor disponibilidad de liquidez de los hogares para destinarlo a gastos de autoconstrucción.
“Esta caída no pudo ser contrarrestada por el ligero avance de la inversión pública, que habría mostrado un crecimiento de 0.2% en el 2023, afectada principalmente por la subejecución de proyectos de gobiernos locales”, remarcó Teodoro Crisólogo, economista senior del IPE.
¿Qué se espera para este año?
De acuerdo al consenso del mercado del LatinFocus de enero, la inversión fija se comportaría este año: 1T (3.6%), 2T (-0.6%), 3T (1.6%) y 4T (2.8%), lo que daría un promedio anual de 1.5%.
En ese escenario, lo que más llama la atención es que en el segundo trimestre de este año se tendría un retroceso. “Esto podría obedecer a un efecto estadístico generado por los altos niveles de ejecución de inversión pública registrados, principalmente, en el gobierno nacional durante el mismo periodo del 2023. Sin embargo, este efecto podría ser contrarrestado si la inversión de gobiernos subnacionales se recupera significativamente este año”, dijo Crisólogo.
No obstante, el IPE anticipa un “rebote” más gradual de la inversión general de alrededor de 0.8%, por lo que esperan que la inversión privada aún permanezca en terreno negativo durante la primera mitad del 2024 (-2.1%), por la lenta recuperación que aún muestran los indicadores de expectativas empresariales sobre la economía en el corto plazo, los cuales se mantienen en terreno pesimista.
Sin embargo, para la inversión pública estiman que acumule un crecimiento de 3% este 2024, ante la mejora que mostrarían los niveles de ejecución de gobiernos subnacionales que ingresan a su segundo año de gestión con una curva de aprendizaje más consolidada.
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Del mismo modo que Crisólogo, Luis Miguel Castilla, exministro de Economía, prevé un mejor escenario para la inversión total en 3.5% para este año, debido a que muchos proyectos que están en curso culminan, como el aeropuerto Jorge Chávez y el puerto de Chancay.
Además, algunas ampliaciones que lograron los permisos ambientales aumentarían la inversión.
“Probablemente, se genere una mayor capacidad de gasto de los gobiernos subnacionales estando en segundo año de gestión. También habría una ligera recuperación de las expectativas empresariales en base a tener un poco más la inflación bajo control y la tasa de interés a la baja”, afirmó.
De esta manera, Castilla indicó que la inversión privada también tendría un repunte ligero de 3%, un nivel mayor que lo estimado por el BCRP en 1.8%.
Con respecto a la inversión pública, el exministro proyecta un crecimiento de 5% este 2024.
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Otro de los componentes que es importante para la economía, es el consumo privado, que crecería 1.9% de acuerdo al consenso del mercado de Latin Focus. En tanto, el IPE estima un avance de alrededor de 1.6% en el 2024.
“Esta recuperación estará favorecida por menores presiones inflacionarias y condiciones de financiamiento menos restrictivas a las registradas en el 2023″, apuntó el economista.
Explicó que la principal limitante que podría enfrentar el consumo privado se encuentra en el mercado laboral. Mientras que la inversión privada no revertiría el continuo retroceso que muestra desde el 3T22, así que se vería un difícil entorno propicio para la generación de empleos con mejores salarios que permitan recuperar sostenidamente la capacidad de gasto de las familias.
El escenario base que anticipa el IPE para el 2024 proyecta un crecimiento del PBI de 1.9%. Sin embargo, si es que el fenómeno El Niño resulta tener una magnitud más débil de la prevista, esto podría favorecer significativamente al desempeño de sectores como el agro, que registró su peor crisis en las últimas tres décadas durante el 2023 en medio de continuos choques climáticos.
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En cuanto a las exportaciones, que va ligado a las inversiones, Latin Focus estima que en el 2023 habría cerrado en un 3.9% y en el 2024 se daría una desaceleración del crecimiento en 2.5%.
“Por el lado de importaciones se va a recuperar, en particular, el de bienes de capital e intermedios. Mientras, las exportaciones van a crecer en línea con el avance de la economía global”, apuntó Castilla.
¿Cómo incrementar la inversión en el Perú?
Debido a que se espera un “rebote” de la inversión en el Perú, Crisólogo subrayó que el Gobierno debe asegurar proyectos mineros como Reposición Antamina, Zafranal y Corani inicien su construcción este año.
Luego debe establecer acciones concretas de seguimiento y destrabe para que las adjudicaciones de APP realizadas el año pasado se materialicen en ejecución de inversiones a lo largo de este 2024.
Un tercer punto -añadió- que es continuar con el acompañamiento activo hacia gobiernos subnacionales, sobre todo en municipios, para impulsar una mayor ejecución y continuidad de obras e inversiones que pueden haberse visto paralizadas o afectadas durante el primer año de gestión
“Es clave que el Gobierno desarrolle acciones para que la confianza empresarial retorne a terreno optimista y para eso se necesita evidenciar resultados concretos de adjudicación o ejecución de proyectos emblemáticos. Lo ocurrido recientemente con Chavimochic es un paso en la dirección correcta, y si se logra emular ese ejemplo en el caso de otras obras de infraestructura probablemente veamos una mejora en las expectativas del sector privado”, anotó
Agregó que, si a eso se le suma otros aspectos del clima de negocios como la modernización del marco regulatorio laboral que revierta parte de la rigidez que creó la Agenda 19, también podríamos ver niveles de confianza más acordes a lo que el país actualmente necesita.
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