Los siguientes años para la economía peruana no se observan en un escenario alentador. Factores como la creciente inseguridad ciudadana y una progresiva debilidad institucional, entre otros problemas más, empiezan a tener consecuencias tangibles sobre la actividad económica.
El BBVA Research presentó su informe “Situación Perú” correspondiente a octubre en el que mantuvo su proyección de crecimiento de 2.7% para el 2025, año preelectoral. En tanto, para el período entre el 2026 y el 2029, la expansión promedio anual de la economía nacional sería de 2.6%.
“En el mediano plazo, esperamos un crecimiento relativamente modesto de 2.6%, entre el 2026 y el 2029. Perú no lo ha hecho bien [la recuperación] como sus pares en la región que están sobre su tendencia de crecimiento prepandemia [Chile y Colombia], por ejemplo. Recibimos dos choques: del COVID-19 y la debilidad institucional y nos pasa la factura”, señaló Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research.
En un índice de 100 puntos teniendo como base el cuarto trimestre del 2019, el crecimiento del Perú debería estar en 114, pero se ubica en 105. En tanto, Colombia (112) está tres puntos encima de su proyectado y Chile (111) apenas dos por debajo.
Perea destacó la relevancia de contar con buenas instituciones públicas para que una economía como la peruana, social de mercado, opere de manera óptima y la tendencia de crecimiento no se afecte.
“Algunos elementos los tenemos bien resguardados, pero temas como instituciones vinculadas a la seguridad, con un sistema judicial predecible, confiable, instituciones que eviten la corrupción, [se tenga] estabilidad política, ahí, por supuesto, venimos rezagados”, indicó.
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Pese a este escenario, sin embargo, resulta clave fomentar un mejor clima para los negocios. El BBVA Research estimó que la inversión privada entre el 2024 y el 2028 crecerá a un ritmo promedio anual de 2.8%, significativamente menor al 7.2% registrado entre 2001 y 2019. Si se lograra recuperar dichos niveles de las dos últimas décadas, la economía debería crecer cerca al 4%.
El avance de la inseguridad también se ha convertido en una gran “piedra en el zapato” para dinamizar la economía y se posiciona como un relevante riesgo negativo para los siguientes años.
El BBVA Research recogió en su reporte que, entre el 2022 y el 2023, las denuncias policiales por robo subieron en un 70% hasta casi las 150,000. Mientras que los homicidios en un 21% hasta más de los 2,900. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que la inseguridad en el Perú podría costar hasta 2.8% del PBI, en tanto un reporte sobre incidencia de violencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) posiciona al Perú por encima del promedio de América Latina.
“La inseguridad retrae la inversión. Las empresas y las personas tienen que destinar presupuesto para gastarlo en seguridad, en poner cámaras, en contratar personal para resguardarse, en lugar de gastarlo en inversión. Hoy se gasta para cuidar la propia integridad”, explicó Perea.
El panorama se vuelve aún más desalentador ante las pocas expectativas de que hayan cambios estructurales frente a estas problemáticas desde el Gobierno. ¿Qué se espera de las elecciones 2026 desde el BBVA Research?
“Se considera que asumirá un Gobierno moderado y con poco capital político y baja capacidad para llevar a cabo reformas. Es un poco más de lo mismo que estamos viendo actualmente. Este escenario base no considera que tengamos en el Gobierno a un representante de alguna posición extremista, sino algo de lo que es usual desde el punto de vista político”, expuso Perea.
El 2024 y 2025
El BBVA Research mantuvo su estimado de crecimiento para este año en un 2.9%, aunque precisó que hay un ligero sesgo al alza. Ante la disipación de las anomalías climáticas, el impacto positivo del retiro de los fondos de pensiones sobre el consumo, una confianza empresarial que avanza paulatinamente, por mencionar algunos, se tendría un mayor dinamismo en el resto del segundo semestre.
En la misma línea, para el 2025, se sostuvo la proyección de expansión de 2.7%. Este resultado respondería, en parte, a la recuperación de la inversión privada, vinculada a los proyectos mineros. También se destacó un mayor crecimiento del sector hidrocarburos (+6.4%) por mayores producciones de algunos lotes petroleros.
“En realidad, los riesgos sobre nuestras proyecciones de crecimiento, hoy mismo, están balanceados. Tenemos un ligero sesgo al alza para el 2024 y balanceados para el 2025. Este elemento es positivo y tiene una probabilidad relativamente alta que ocurra. Estamos viendo que ProInversión está concesionando proyectos de infraestructura bajo modelos de Asociaciones Público Privadas (APP), alcanzando niveles récord de adjudicaciones. Eso positivo”, detalló Perea.
Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.
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