El volumen de las agroexportaciones crece sostenidamente en los últimos siete años, pero los sobrecostos y ahora la pérdida de rentabilidad que se empieza a advertir en algunos de los productos agrícolas estrella del país amenazan con frenar su crecimiento.
El Perú se ha convertido hoy en el principal exportador mundial de uvas y arándanos, y se ubica segundo en paltas después de México, y hay otras frutas y hortalizas que ganan cada vez más sitial en diversos destinos del mundo.
Mercado se estaría saturando
Sin embargo, según Fernando Cilloniz, presidente de la consultora Inform@cción, como el volumen embarcado de esos productos no solo no deja de crecer, sino que lo hace aceleradamente, eso está empezando a saturar al mercado.
Según Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios de Productores Agrarios del Perú (AGAP), uno de los problemas es que los agroexportadores nacionales suelen vender todos sus productos en la misma temporada.
Pero a su vez, hay otros países que también están incrementando sus exportaciones agrícolas de esos mismos productos a iguales lugares de destino a los que abastece el Perú.
En tal sentido, coincidió en que se está produciendo una saturación del mercado, y que todo eso trae como consecuencia que los precios FOB de nuestros productos estrella están bajando en los mercados de destino.
Tendencia de precios
Esa tendencia decreciente de precios se empezó a observar desde el 2017, se mantuvo en los últimos años y continúa afectando a los productores nacionales en lo que va del 2023, dijo.
Por efecto de ello, se están reduciendo los márgenes de rentabilidad de productos como los arándanos, palta hass, espárragos, granadas, cítricos como las mandarinas (variedad Wilkings e híbridos similares excepto tangelo), además del mango, añadió.
Enfatizó que el margen depende no solamente del precio al que se vende un producto, que es muy importante, sino que también es afectado por los costos de producción, que se incrementaron en los últimos años.
“Muchas veces los gobiernos solamente toman nota del volumen de exportación, destacando que hemos crecido tanto y que somos los primeros, pero se olvidan de cuánto cuesta producir y si lo que cuesta producir es rentable o no para el productor”, aseveró.
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Situación del mango
En el caso del mango, por ejemplo -según Fresh Fruit-, la última semana concluyó su campaña anual 2022-2023, con un incremento en su volumen en 8% (con 267,096 toneladas) y un aumento en su valor del 2% (con US$297 millones).
Sin embargo, refiere esa entidad especializada, los precios promedio fueron de US$1.11 por kilo, es decir 6%, menores que en la campaña anterior (2021-2022).
Ello ocurrió principalmente por problemas logísticos en el exterior y restricciones sanitarias, lo cual, en conjunto, habría incrementado el costo de producción.
En la campaña que acaba de culminar, refiere Fresh Fruit, participaron más de 165 empresas encargadas de abastecer al mercado internacional, lo cual, considera, denota un alto grado de atomización en la exportación de ese producto.
Precisó que Áncash fue la región más afectada por los menores precios, pues los productores de la zona llegaron a vender la fruta a la mitad del precio del 2021.
Para Cilloniz, si bien ya en el 2022 la caída de precios tuvo que poner paños fríos al crecimiento de cultivos como los de arándanos y uvas, se siguen incorporando nuevas plantaciones de esas frutas.
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Sobrecostos para la agroexportación
Además, refirió que si bien se han reducido algunos costos para la agroexportación, como los de los fertilizantes y los fletes de transporte marítimo, hay sobrecostos para esa actividad generados por la nueva Ley Agraria, que reemplaza a la ley de promoción a la agroexportación.
Cuestionó que esa norma haya incrementado los aportes a Essalud para los trabajadores del sector, a pesar de que estos no suelen usar sus servicios por la mala calidad de los mismos y que, a consecuencia de ello, se hayan reducido las utilidades que ese personal puede recibir.
Para el presidente de Adex, Julio Pérez Alván, un reto constante de las empresas es la adaptación permanente a las nuevas exigencias establecidas en los mercados de destino.
Dos de estas, por ejemplo, fueron el cambio de normativa orgánica y la norma contra la deforestación que entrará en vigor el 1 de enero del 2025 y que involucra al café y cacao.
Además, si bien el Perú tiene 27 de los 32 climas del mundo, lo cual, según Pérez, le permite una gran riqueza ecológica, a vez lo hace más vulnerables frente al cambio climático que afronta el globo y perjudica el equilibrio ecológico del planeta y los cultivos agrícolas.
“El incremento de la temperatura, inundaciones y sequías en algunas zonas podría afectar la estacionalidad de los cultivos o la presencia de nuevas plagas”, enfatizó.