El fideicomiso es una herramienta financiera y legal que ha ganado popularidad por su flexibilidad y seguridad en la gestión de bienes y recursos. Aunque a menudo se asocia con la planificación patrimonial, su uso abarca una variedad de situaciones financieras y legales. Este artículo explora en detalle qué es un fideicomiso, cómo se utiliza y cuáles son sus beneficios principales.
Un fideicomiso es un arreglo legal en el que una persona o entidad, conocida como el fideicomitente, transfiere bienes o activos a otra persona o entidad, el fiduciario, quien los administra en beneficio de un tercero (beneficiario). Es un acuerdo fiduciario que permite una gestión y control detallado de los activos, ofreciendo ventajas en términos de privacidad, protección de activos y planificación fiscal.
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¿Cómo funciona un fideicomiso?
Sergio Rodríguez, asociado principal en Philippi Prietocarroza Ferrero DU & Uría, expone que un fideicomiso se constituye mediante instrumento privado o protocolizado notarialmente, lo que en la realidad se traduce en la suscripción de un contrato, usualmente elevado a escritura pública. Adicionalmente, para oponibilidad a terceros se inscribe en los Registros Públicos correspondientes.
Las partes de un fideicomiso son: el fideicomitente, quien es la persona que aporte los bienes al fideicomiso; el fiduciario, quien es la empresa administradora del fideicomiso; y el fideicomisario, siendo éste el beneficiario del fideicomiso.
De acuerdo con lo señalado, la administración de los bienes dados en fideicomiso está a cargo del fiduciario, la cual se lleva a cabo de conformidad con los términos y condiciones del contrato de fideicomiso.
Por los servicios que brinda, el fiduciario cuenta con un fuerte soporte operativo, y diversas áreas de apoyo, lo cual le permite llevar a cabo el cumplimiento de sus funciones. El equipo contable, administrativo y de cobranzas, es vital dentro de una empresa fiduciaria. El equipo legal también tiene un rol principal tanto en la constitución de los fideicomisos y su regulación, como en el cumplimiento de los roles del fiduciario, incluyendo la ejecución de sus activos.
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Tipos y Beneficios
Marco Rojas, especialista en fideicomisos menciona que existen varios tipos de fideicomisos, cada uno adecuado para diferentes propósitos:
- Fideicomiso Revocable: Puede ser modificado o cancelado por el fideicomitente en cualquier momento.
- Fideicomiso Irrevocable: No se puede modificar una vez creado, ofreciendo beneficios fiscales y de protección de activos.
- Fideicomiso de Testamento: Se establece según las disposiciones de un testamento.
- Fideicomiso de Vida: Permite al fideicomitente beneficiarse de los activos durante su vida.
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Con respecto a los beneficios, Rojas indica que estos pueden ser:
- Control Detallado sobre los Activos
Un fideicomiso permite al fideicomitente establecer reglas específicas sobre cómo y cuándo se distribuyen los activos a los beneficiarios. Esto es particularmente útil para situaciones donde los beneficiarios podrían no estar listos o capacitados para manejar una gran suma de dinero o propiedades.
Supongamos que un padre establece un fideicomiso para sus hijos. Puede especificar que los fondos se utilicen solo para educación hasta que cumplan 25 años, momento en el cual pueden obtener una distribución directa de los activos restantes. Esto asegura que el dinero se utilice de manera responsable y para el propósito deseado.
- Protección de Privacidad
A diferencia de los testamentos, que se convierten en documentos públicos durante el proceso de sucesión testamentaria, los fideicomisos suelen ser privados. Esto significa que los detalles de los activos y los beneficiarios no se hacen públicos.
Una figura pública que desea mantener en privado la distribución de su patrimonio podría usar un fideicomiso para transferir sus activos. Así, los detalles de su patrimonio y a quién beneficia se mantienen confidenciales, fuera del escrutinio público.
- Evitación de la Sucesión Testamentaria
Los activos en un fideicomiso generalmente no pasan por el proceso de sucesión testamentaria, lo que significa que se pueden transferir a los beneficiarios de manera más rápida y eficiente después de la muerte del fideicomitente.
Si una persona fallece con un patrimonio en un fideicomiso, esos fondos pueden distribuirse a los beneficiarios según las instrucciones del fideicomitente, sin pasar por el proceso legal de sucesión, lo cual puede tomar meses o incluso años.
- Beneficios Fiscales
Ciertos tipos de fideicomisos, especialmente los irrevocables, pueden ofrecer ventajas fiscales, como la reducción de la carga impositiva sobre los activos del fideicomiso.
Un fideicomiso irrevocable utilizado para la planificación patrimonial puede ayudar a reducir impuestos. Al transferir la propiedad de ciertos activos al fideicomiso, estos activos no se consideran parte del patrimonio personal para fines fiscales, potencialmente reduciendo el impuesto a pagar tras la muerte del fideicomitente.
- Protección contra Reclamaciones de Acreedores
En algunos casos, los activos en un fideicomiso están protegidos de los acreedores, lo que significa que no pueden ser tomados para saldar deudas personales del fideicomitente o los beneficiarios.
Un empresario que pueda enfrentar riesgos financieros en su negocio podría colocar parte de su patrimonio en un fideicomiso irrevocable para proteger esos activos de posibles reclamaciones de acreedores. Esto garantiza que, independientemente de los problemas financieros del negocio, estos activos permanecen seguros para los beneficiarios.
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