Durante los próximos cinco años el sector textil y confecciones contará con tres incentivos tributarios, luego de que el Gobierno peruano promulgara la Ley Nº 31969. Los beneficios, servirán para que la actividad recupere su grado competitivo en el mundo al 2028, espera la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
De acuerdo con Felipe James, presidente del Comité Textil y Confecciones del gremio empresarial, las exportaciones del sector cayeron 16% en 2023, respecto al 2022.
“El 2023 fue un mal año. Las razones fueron coyunturales. Nuestro principal mercado, Estados Unidos, desaceleró su crecimiento por la inflación y sus tasas de interés altas, lo que hizo que compren menos. También hemos perdido competitividad frente a países como Honduras y Guatemala, que exportan casi el doble que el Perú, aparte de los países asiáticos”, explica a Gestión.
La SNI también compartió con este diario cuáles son sus expectativas respecto a la aplicación de los nuevos incentivos para el sector. En exportaciones se esperan crecimientos superiores al 100%.
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Crecimiento proyectado
La norma recientemente aprobada brinda una deducción adicional para el Impuesto a la Renta (IR) por la contratación de nuevos trabajadores cuyos sueldos no superen los S/ 1,700 mensuales. Este beneficio, que será de hasta el 70% del sueldo del empleado en 2024, se reducirá a 30% en el 2028.
Además, las empresas del sector textil y confecciones que decidan reinvertir sus utilidades, luego de pagar el IR, podrán contar con un crédito tributario del 20% en los 5 años de vigencia de la norma.
Finalmente, el último beneficio habilitado consiste en una tasa de 33.3% en 2024 y 2025 por la depreciación de máquinas y equipos adquiridos por las compañías del rubro para sus procesos productivos. En los tres años restantes de la norma, la tasa será del 20%.
Para los tres incentivos, la SNI ha trazado proyecciones en dos escenarios: esperado y optimista. “Eso sí, los resultados dependerán también de quién gane las elecciones presidenciales en 2026″, acota James.
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Según los cálculos del gremio, el año pasado se crearon 379,800 puestos de trabajo. En un escenario esperado, con los beneficios de la ley, se proyecta que en el 2028 se generarán 724,577. En un escenario optimista, incluso se habla de 867,949 a ese año.
Sobre las exportaciones, la SNI proyecta que tendrán un crecimiento del 101% -es decir, se duplicaría-, con US$ 1,584 millones más en envíos al exterior en el 2028 respecto al año pasado. “En un escenario optimista podríamos exportar casi US$ 3,898 millones, lo que significarían US$ 2,331 millones más de lo que enviamos ahora, 149% más”, precisa James.
Respecto a la adquisición en maquinaría y nuevos equipos, la SNI proyecta que se destinarán US$ 2,035.2 millones hasta 2028 para dicho fin. En el mejor de los panoramas, la cifra podría crecer hasta US$ 2,343.9 millones.
“Creemos que es una buena ley. Algunos podrían pensar que se afectará la caja fiscal, pero la nueva maquinaría pagará Impuesto General a las Ventas (IGV) y también motivará la creación de nuevos puestos de trabajo. Tendrá un efecto multiplicador. Es una de las señales que se esperaban del Gobierno para revertir el pesimismo empresarial”, asegura James.
El vocero del gremio empresarial también rescata contar con un plazo de 5 años de vigencia. “Nosotros pedimos 10 años, pero ha quedado la mitad. Es importante igualmente para la llegada de nuevas inversiones porque les da una temporalidad fija”, señala.
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Poco optimismo en el ‘agro’
Si bien la ley Nº 31969 está centrada en el sector textil y confecciones, también incluye a la agroexportación. Este sector también gozará de la deducción adicional por la contratación de nuevos trabajadores. Aparte, tendrán un beneficio exclusivo.
Hasta el 2028 aportarán mensualmente a Essalud una tasa del 6% sobre las remuneraciones de sus trabajadores. Desde la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP) saludan los incentivos, pero, no creen que sean efectivos para su sector.
“Es un paliativo. La reducción a la planilla operativamente no aplicará. Nuestra dinámica de contratación es distinta al sector textil, ellos contratan continuamente. En el agro es por temporadas de 2 a 3 meses porque ese es el periodo de cosecha. Por eso la fórmula planteada no funcionaría”, considera Gabriel Amaro, presidente de la AGAP.
Al respecto, James explica que la ley fue diseñada pensando en el sector textil y confecciones, pero que fue en el Congreso de la República y por propuesta del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que terminó sumándose a la agroexportación en sus alcances.
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Licenciado en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Experiencia en cobertura política, social y económica peruana.