En el actual entorno macro económico, Newmont explora todas las opciones para sus activos. Desde la oportunidad para operarlos o transformarlos hasta alguna desinversión. Tal perspectiva cobra especial atención en Perú. Y es que, a cinco meses de haber postergado su decisión de inversión para Yanacocha Sulfuros (Cajamarca) hasta el 2024, la minera estadounidense explicó el proceso que implica la revisión de este proyecto.
Tom Palmer, CEO de Newmont, señaló que el alcance del análisis iniciado tras la reprogramación de fondos completos para Yanacocha Sulfuros –que supera los US$ 2,000 millones- considera todas las opciones en torno a la iniciativa, “incluida la de no continuar con el proyecto y poner la operación en cuidado y mantenimiento”.
“Se trata de asegurarse de ir al límite y comprender lo que podría ser posible en términos de un proyecto rentable para Yanacocha Sulfuros”, comentó.
El ejecutivo reconoció que Yanacocha es un yacimiento de sulfuros con oro y cobre de gran tamaño y está al lado de Conga, también de cobre, mostrándose así como un activo estratégico a largo plazo. No obstante, precisó que están mirando el espectro completo, lo cual podrá considerar la decisión de cerrar la operación.
“Cualquier organización bien administrada debe tener una visión muy clara de los activos que administra. En última instancia, (ver cuándo) podría ser un momento en el que esos activos estén mejor en manos de otra persona”, anotó.
La primera fase de Yanacocha Sulfuros incluye un circuito integrado de procesamiento y un autoclave para producir 45% de oro, 45% de cobre y 10% de plata, a fin de extender las operaciones de Yanacocha -considerada en su momento la mina más grande de oro de Sudamérica- más allá de 2040, y comprende una segunda y tercera fase que tienen el potencial de prolongar la vida durante varias décadas.
Para conocer los factores que juegan a favor de una eventual puesta de Yanacocha Sulfuros en “cuidado y mantenimiento” y el impacto de las recientes protestas sociales de diciembre y enero en la revisión del proyecto, Gestión se comunicó con Newmont en Perú, pero no obtuvo respuesta al cierre del artículo.
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Inversión en marcha no sugeriría ejecución
Si bien Palmer destacó que planean invertir entre US$ 300 millones y US$ 350 millones por año en el 2023 y 2024 como capital de desarrollo para la ingeniería avanzada, adquisición y finalización de la construcción del campamento en Yanacocha Sulfuros, tal desembolso no aseguraría que la empresa aprobará el proyecto.
“Continuamos con la adquisición de artículos e ingeniería de largo plazo y la construcción del campamento, que será necesario para el cierre (de la operación actual de Yanacocha). Entonces, esos fondos serán esenciales de todos modos”, explicó.
En el escenario del cierre de la mina Yanacocha, refirió que la empresa estará construyendo plantas de tratamiento para procesar el agua empleada por la mina a fin de neutralizarla y descargarla en los sistemas circundantes. En la zona, recordó que tendrán un pasivo de cierre por 50 años.
A poner la “casa en orden”
Sobre la posibilidad de no continuar con Yanacocha Sulfuros, como opción en el proceso de revisión de este proyecto, el director del Centro de Estudios sobre Minería y Sostenibilidad (CEMS) de la Universidad del Pacífico, Gonzalo Delgado, consideró que los conflictos sociales en Perú tienen influencia en este tipo de decisiones.
“Es una manera de anunciar como inversionista de que si no ponen la casa en orden, tienen una opción abierta. Es una llamada de atención para poner la casa en orden en el corto plazo”, comentó a Gestión.
Si bien afirmó que los inversionistas mineros consideran a los conflictos sociales como situaciones posibles de superar y los incluyen entre los riesgos, reconoció que la mayor duración de los bloqueos de vías y otros eventos en el 2022 sí puede desencadenar nuevas postergaciones de proyectos.
“Perú es un país en el cual vale la pena invertir, pero donde creo que podemos tener problemas es el tiempo en que la inversión se va a realizar”, dijo.
Además, recordó que el periodo de pos pandemia registra una serie de problemas que han derivado en un alza global de costos, lo cual presiona a las empresas mineras a evaluar aún más la viabilidad de los proyectos. No obstante, resaltó que el contexto también está favoreciendo la transición energética, la cual impulsa una mayor demanda de cobre y zinc.
“Hay un equilibrio entre las problemáticas que ha traído la pos pandemia. Tenemos inflación y a la vez mayor demanda de cobre y zinc. A mediano y largo plazo, estos minerales seguirán siendo importantes; y Perú continuará como un mercado relevante, aunque en el corto plazo vamos a tener menor inversión”, declaró.
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¿Cuáles son las proyecciones para Yanacocha?
En el reporte de sus resultados en América del Sur, Newmont destacó una producción ligeramente mayor de oro en Yanacocha durante el cuarto trimestre del 2022, en comparación con el tercer trimestre.
“Yanacocha continúa entregando producción de lixiviación solamente, y se espera una mayor producción en 2023 en comparación con 2022 debido a mayores recuperaciones de lixiviación por el uso de lixiviación por inyección”, manifestó, tras estimar que la producción para el presente año oscilará entre 255,000 y 285,000 onzas de oro.
Entre el 2023 y 2025, proyectó que la producción se mantendría relativamente estable hasta que los volúmenes comiencen a disminuir en 2026.
Sobre los costos de Yanacocha, reconoció que el 2023 serían más altos debido a amortizaciones e inventarios desfavorables.
Newmont tomó el control de Yanacocha el 2022
En una operación por US$ 300 millones más pagos contingentes vinculados a precios más altos de los metales de hasta US$ 100 millones, Newmont adquirió en febrero del 2022 el 43,65% que tenía Buenaventura en Yanacocha. Así, se hizo del 95% -ya poseía 51.35%- en esta mina de oro.
Meses después, la minera estadounidense compró el 5% restante, que estaba en manos de la japonesa Sumitomo.
En agosto de 1993, Yanacocha produjo su primer lingote de oro bajo el control de Newmont, en sociedad con Buenaventura y otras entidades. Si bien los socios y sus participaciones variaron, ambas empresas continuaron como aliadas en dicha mina de Cajamarca, hasta el 2022.
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