Fitch Ratings acaba de rebajar las calificaciones de Volcan Compañía Minera. Sus calificaciones de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda local y extranjera de largo plazo, así como sus notas sénior no garantizadas con vencimiento en 2026 pasaron de “B+” a “B-”. Además, se le ha asignado una calificación de Recuperación “RR4″ (que implica una recuperación promedio en caso de incumplimiento) y una observación negativa a las calificaciones de la compañía que produce principalmente concentrados de zinc, plomo y cobre, con contenido de plata.
Como se recuerda, en setiembre Moody’s Investors Service también redujo, de B2 a Caa1, la calificación corporativa y sénior no garantizada de Volcan y sus subsidiarias. Asimismo, mantuvo en negativo las perspectivas de la minera peruana.
En el caso de Fitch Ratings, la calificadora explicó en su reporte que las rebajas se deben a una mayor presión de liquidez en medio de recientes preocupaciones sobre la gobernanza que podrían frustrar la capacidad de Volcan para refinanciarse de manera oportuna, mientras aumenta la presión sobre la generación de flujo de caja libre (FCF) debido a los bajos precios del zinc y las necesidades de gasto de capital para sostener los volúmenes.
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La perspectiva negativa refleja los desafíos que enfrenta Volcan para completar su estrategia de refinanciamiento y buscar alternativas adicionales para recaudar efectivo en los próximos dos trimestres.
Problemas de gobernanza
En relación con las preocupaciones de gobernanza, la calificadora señaló que a pesar de que las preocupaciones iniciales sobre el control de la compañía a corto plazo aparentemente han disminuido, el impacto de estas y las discrepancias en las ventas de activos, las líneas de liquidez o la gestión de pasivos podrían afectar la flexibilidad financiera de la empresa.
Como lo ha ido informando Gestión, a raíz de la escisión del negocio portuario (a la que se oponía Glencore) la minera ha atravesado serias discrepancias en su directorio, que se evidenciaron en una serie de designaciones y remociones en los cargos ejecutivos. Luego de ello, el 21 de setiembre, dio indicios de cierta estabilidad cuando asumió Diego Garrido-Lecca como gerente general interino y representante bursátil de la firma minera. Según ha informado la compañía, Garrido-Lecca se mantendrá en el cargo hasta que Luis Herrera —desginado como gerente general en una sesión de directorio de setiembre— termine de obtener su permiso laboral por parte de las autoridades migratorias.
Además, en la misma fecha la compañía desmintió las versiones de una presunta invalidez de los acuerdos de designaciones. Estas versiones señalaban que los nombramientos no formaban parte de la agenda en la sesión en que fueron votados y aseguraban que había represalias por haberse aprobado la escisión del negocio portuario pese a la oposición del accionista Glencore.
Riesgo de refinanciamiento
Fitch Ratings precisó que Volcan tiene dificultades para cumplir con los vencimientos de deuda de 2024 debido a la escasa disponibilidad de efectivo y el flujo de caja libre en negativo. Dichos vencimientos consisten en tres amortizaciones trimestrales de US$ 35 millones a partir del segundo trimestre del próximo año. Según la calificadora, la compañía firmó acuerdos preliminares de prepagos de venta de concentrados por hasta US$ 25 millones y continúa evaluando otras opciones, incluida la venta de activos.
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Al 30 de junio de este año, Volcan contaba con US$ 50 millones en efectivo y su línea de crédito revolvente de US$50 millones finaliza en noviembre próximo.
Fitch pronosticó un ebitda de Volcan de US$ 235 millones para el 2023, luego de haber alcanzado uno de casi US$ 300 millones en 2022. Asimismo, se espera que los gastos de capital desminuyan, pues serían de US$ 190 millones en 2023, una cifra inferior a los US$ 222 millones reportados en el 2022 y también inferior a las expectativas anteriores, de US$ 240 millones. Se espera que el flujo de Volcan sea marginalmente positivo en 2023 y se vuelva negativo (de - US$55 millones) en el 2024.
Sebastián Cruz Espinoza, analista de Seminario SAB, consideró que la reciente rebaja de las calificaciones de Volcan no necesariamente bloquean sus alternativas de refinanciamiento, puesto que la situación de estrés financiero de la compañía ya es conocida por el mercado y la banca. Agregó que ante el momento que atraviesa, la minera ya está recibiendo asesoría de bancos de inversión para evaluar alternativas de financiamiento y fortalecimiento de su estructura financiera.
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“La compañía ya debe de estar anunciando antes de fin de año la venta de una de sus centrales hidroeléctricas. Quizás también anuncie los financiamientos por adelanto de ventas y con ello podría cubrir parte los pasivos de corto plazo y buscar refinanciar el remanente. Todo ello ayudaría a la compañía a perfilarse mejor para refinanciar los bonos del 2026. Al no ser un productor de bajo costo, Volcan necesita también un rebote de precio de los metales, especialmente del zinc”, agregó Cruz.
Por su parte, César Romero, jefe de Investigación de Renta4 SAB, sostuvo que Volcan tiene las alternativas de vender activos no corrientes, financiarse con producción futura (firmar contratos a futuro para la venta de zinc con precio actual) u obtener refinanciamiento a tasas muy elevadas.
Por afrontar un problema de liquidez —no de solvencia—, destacó que este debe resolverse en el corto plazo, pues lo contrario se agudizaría su situación. “Si el directorio no llega a ponerse de acuerdo, sí hay un riesgo para el refinanciamiento de la empresa. La sesión del directorio del 23 de octubre va a ser importante para tener en cuenta el camino que va a tomar la empresa”, comentó.
Los factores que podrían conducir a una mejora de la calificación, según Fitch Ratings:
- Un ratio deuda bruta/ebitda sostenido de menos de 3.5.
- Un ratio deuda neta/ebitda sostenido de menos de 3.0.
- Flujo de caja libre de positivo a neutral durante el horizonte de calificación.
Los factores que podrían conducir a una nueva rebaja de la calificación, según Fitch Ratings:
- No mejorar la liquidez a través de ventas de activos u otras alternativas.
- Un ratio deuda bruta/ebitda sostenido de más de 4.5 con falta de voluntad o incapacidad para desapalancarse.
- Un ratio deuda neta/ebitda sostenido de más de 4 con falta de voluntad o incapacidad para desapalancarse.
- Flujo de caja libre negativo durante el horizonte de calificación.
- Ratio de cobertura de ebitda a gastos por intereses consistentemente por debajo de 2x.
Redactora Senior con 10 años de experiencia en periodismo político, económico y de negocios. Actualmente forma parte del equipo de Negocios del diario Gestión.