Unas setenta compañías del Reino Unido iniciaron este lunes una prueba piloto de una semana laboral de cuatro días con el mismo salario, la mayor en el mundo según sus organizadores, después de que la pandemia provocase una readaptación de la manera de trabajar.
Las empresas, de distintos sectores -entre ellos del sector bancario y la hostelería- y con una fuerza laboral de más de 30,000 personas, según los medios británicos, empiezan esta prueba que se prolongará seis meses a fin de establecer si una semana de cuatro días laborales puede adoptarse sin pérdida de productividad.
Las empresas seguirán pagando a los trabajadores el 100% de su salario, según este test, que es seguido muy de cerca por investigadores universitarios a fin de medir el impacto en la productividad así como en el bienestar el empleado.
Esta prueba ha sido puesta en marcha por el grupo “4 Day Week Global”, que hace campaña para reducir los días laborales, junto con el laboratorio de ideas Autonomy, las universidades inglesas de Cambridge y Oxford y el Boston College.
Estos investigadores observarán cómo los empleados responden a diversos factores, como estrés añadido, la satisfacción laboral, la salud, el sueño, el viaje y los niveles de energía.
La iniciativa respaldará a las empresas participantes con talleres sobre modelos de éxito, asesoramiento y capacitación, y evaluaciones periódicas de los resultados.
El consejero delegado de Charity Bank, Ed Siegel, cuya entidad participa en la prueba, afirmó que la pandemia ha modificado las cosas a favor de la flexibilidad laboral.
“El concepto del siglo XX de una semana laboral de cinco días ya no se ajusta a los negocios del siglo XXI. Creemos firmemente que una semana de cuatro días sin cambios en el salario o los beneficios creará una fuerza laboral más feliz y tendrá un impacto positivo en la productividad”, agregó Siegel.
Algunas compañías se habían negado a esta flexibilidad, entre ellas la del sector del motor eléctrico Tesla, cuyo consejero delegado, Elon Musk, comunicó recientemente a su personal que debían volver a la oficina para trabajar un mínimo de 40 horas a la semana.