Por Alex Webb
Siempre ha habido una paradoja en el corazón del modelo de negocios de Uber Technologies Inc.
La firma de transporte apuntaba a atraer usuarios con precios inferiores a los de la industria tradicional de taxis, eliminando así a la competencia. Con un monopolio, podría aumentar sus tarifas y obtener ganancias. Pero tarifas más altas podrían molestar a los clientes que originalmente atrajeron a través de la asequibilidad.
Esos monopolios aún no se han materializado. En su lugar, la industria se ha visto envuelta en agresivas guerras de precios que llevaron a que Uber perdiera US$ 8,500 millones el año pasado, que su rival estadounidense Lyft Inc. tuviera pérdidas por US$ 1,500 millones y que la empresa matriz de Free Now, su principal rival europeo, perdiera otros 1,800 millones de euros (US$ 2,100 millones).
Uber ahora parece estar apostando a que la determinación de los propietarios de Free Now –los fabricantes de automóviles de lujo Daimler AG y BMW AG– está en duda. La compañía con sede en San Francisco está evaluando una oferta por la empresa conjunta, informó Bloomberg News el lunes. Ese interés debería ser un alivio para los célebres gigantes alemanes.
Las iniciativas de ambos fabricantes de automóviles en los segmentos de viajes y autos compartidos, que incluyen Free Now y que el año pasado fueron agrupadas en una empresa conjunta llamada Your Now, han resultado ser una desagradable distracción en medio de las adversidades del 2020.
La meteórica alza del precio de las acciones de Tesla Inc. ha acentuado la necesidad de invertir en movilidad eléctrica, al igual que la pandemia de COVID-19 ha anulado las ventas de automóviles tradicionales. Se espera que las ganancias netas tanto de BMW como de Daimler caigan este año a su nivel más bajo desde el 2009. No pueden permitirse financiar tan rápidamente un conflicto asimétrico contra Uber, un rival cuyos inversionistas no prevén ganancias sobre la misma base hasta el 2023.
Hace cinco años, parecía haber tres amenazas para la industria automotriz clásica: los viajes compartidos, los automóviles autónomos y los trenes de potencia eléctricos. Los fabricantes de automóviles invirtieron ampliamente en los tres. Desde entonces, ha quedado claro que los vehículos eléctricos son la prioridad inmediata: ni los viajes compartidos ni los automóviles autónomos van a poner a la industria de cabeza en el corto plazo.
Los directores ejecutivos de BMW, Oliver Zipse, y de Daimler, Ola Kaellenius, tienen que decidir si los beneficios a largo plazo de participar en el juego de los viajes compartidos compensan las pérdidas a corto plazo. Ninguno de los dos ha expresado públicamente mucho entusiasmo sobre la industria, lo que no puede haber facilitado la búsqueda de nuevos inversionistas.
Incluso como plataforma para vender vehículos a conductores de viajes compartidos, es poco atractivo: Toyota Motor Corp., que domina ese mercado, vendió solo 169,500 de su auto híbrido de cinco puertas Prius a nivel mundial el año pasado, o 1.9% de sus ventas totales de vehículos.
Y la paradoja de Uber sugiere que los viajes compartidos siguen siendo una apuesta de alto riesgo. Todavía no está claro si el modelo de negocio funciona. Además, la parte más importante del negocio de Free Now proviene de los taxis regulados, lo que significa que no puede aumentar unilateralmente los valores de las tarifas.
La adquisición de Free Now también fortalecería significativamente la posición de Uber en Europa, lo que lo empujaría hacia una posición monopolística en algunos mercados y le daría mucho más poder de fijación de precios. Ese es precisamente el caso en Alemania, donde ha enfrentado dificultades para ganar terreno.
También le daría un gran poder sobre los conductores de taxis negros de Londres, muchos de los cuales usan Free Now para encontrar pasajeros y que ya ven a Uber como su pesadilla. Los taxistas están obligados a hacer bulla ante la perspectiva de ceder parte de sus pasajeros al gigante californiano.
Las autoridades antimonopolio seguramente analizarán de cerca cualquier acuerdo, particularmente porque Uber tendría un incentivo para presionar aún más a los taxis regulares.
Si dichos obstáculos hacen que un acuerdo con Uber sea irremontable, los gigantes alemanes tienen pocas opciones más. El virus ha afectado gravemente sectores de la economía colaborativa, lo que significa que las finanzas de Free Now probablemente no son adecuadas para una oferta pública inicial en el corto plazo. Necesitan hacer un viaje fuera de la ciudad, y rápido.