En los últimos 12 meses, a mayo del 2023, el despacho nacional de cemento cayó 7% a 12.7 millones de toneladas frente al periodo previo (junio 2021 – mayo 2022), según la Asociación de Productores de Cemento (Asocem), ante la desaceleración de la autoconstrucción y las protestas sociales. Aun así, Cementos Inka avanzó en la instalación de su segunda planta cementera en Pisco y acaba de abrirla, confiando en la demanda de la minería y del sector de infraestructura. Tras este proyecto, la compañía seguirá invirtiendo con la mira en soluciones para la construcción. Apostará por fábricas de concreto, pegamentos y la sociedad para un nuevo negocio, según reveló a Gestión su gerente general, Carlos Choy.
La anunciada planta de cemento de Pisco finalmente abrió, ¿cuánto demoró el proyecto?
Se comenzó el 2014 con la compra de terreno y de ahí empezamos con trámites, que tomaron cinco años, más de lo pensado. En otros países dan muchas más facilidades y los permisos se tienen en un año o en dos. Iniciamos obras a finales de 2019, pero tuvimos que almacenar los equipos todo un año por la pandemia. El Gobierno paralizó todo el país. Estuvimos en construcción civil propiamente el 2021, 2022, y por fin acabamos de inaugurar la planta.
¿Qué capacidad aporta la planta?
En Cajamarquilla (Lima), tenemos una planta de 400,000 toneladas (t) anuales y la de Pisco producirá 800,000 t al año, llegando así a una capacidad total de 1.2 millones de t anuales a nivel de empresa. La planta de Pisco es el doble de la primera (Cajamarquilla).
¿Qué oportunidades les abre?
Con la planta de Lima, somos la única cementera que atiende a casi todos los departamentos (20, incluyendo la selva) con una distribución abierta (no centrada en una zona), pero no llegamos con precios competitivos a Huancavelica, Apurímac, Abancay, Cusco, Arequipa, Tacna y Moquegua por el flete terrestre. Desde Pisco, tendremos una entrada directa a estas regiones —compitiendo así con Yura (Grupo Gloria), que tiene una capacidad de 4.3 millones de t anuales—, donde se generarán los mayores proyectos mineros y la inversión extranjera en ese sector.
Ya atendíamos a la minería desde la planta de Lima, pero la planta de Pisco nos da mayor apertura en departamentos a los cuales no llegábamos con precios adecuados.
¿Cuánta inversión demandó?
Al final fueron US$ 60 millones, con un sobre costo de casi US$ 7 millones por los fletes marítimos, que se dispararon desde casi US$ 1,000 a US$ 25,000, y por la parada de equipos en los puertos casi un año. El acero, los cables eléctricos, la construcción, todo subió.
LEA TAMBIÉN: Cemento Inka iniciará en dos meses obras de planta en Pisco
¿En Pisco solo producirán cemento o incluirán nuevas líneas?
En Pisco tenemos una molienda de cemento. Queremos abrir una planta de clinker (insumo para producir cemento) para atender a nuestras moliendas. Hoy lo importamos para las plantas de Cajamarquilla y Pisco, no tenemos proveedor local.
¿Dónde se ubicaría la planta de clinker?
En una zona cercana a nuestras canteras, no necesariamente en Lima. La haremos no solo para atendernos a nosotros, sino también para exportar clinker.
¿Se concretará el 2024?
El proyecto demorará un poco más porque es bastante grande.
Luego de la planta de Pisco, ¿ven otras plantas de cemento en otras regiones?
Hay oportunidades en otras partes, pero el paso más próximo es el horno de clinker y donde lo pongamos se instalará otra molienda de cemento. Ya con tres plantas de cemento estaríamos cubriendo el país.
LEA TAMBIÉN: Cementos Inka planea abrir nuevas plantas en Ica y Piura
Una planta de concreto en cada departamento
Gestión supo del proyecto de concreto en Trujillo. ¿Cuál es el plan en ese negocio?
Por la demora en la construcción de la planta de Pisco, tuvimos un vacío muy grande y decidimos incursionar en ese negocio (concreto). Tenemos ya cuatro plantas de concreto (en el sur, principalmente) y hemos atendido a la minería e industria, pero la planta de Trujillo será la primera para el sector de construcción (inmobiliarias, constructoras y auto construcción).
¿Las otras plantas de concreto siguen operativas?
Se van moviendo conforme salen los proyectos. Son plantas estacionarias, vamos modificándolas y las trasladamos a los lugares que requieren. Son plantas muy grandes, de gran capacidad. Ahí mezclamos el concreto, no en los camiones. Así garantizamos la calidad del concreto.
LEA TAMBIÉN: Cemento Inka llega a terrenos de Pacasmayo: un golpe concreto
Tras la planta de Trujillo, ¿vienen otras más del mismo tipo?
La planta de concreto de Trujillo aún no opera, pero ya la tenemos instalada. Estamos esperando el último permiso y comenzaremos a atender al mercado de Trujillo. La idea es poner una planta de concreto en cada departamento.
¿Dónde estarán las próximas plantas de concreto?
Comenzaremos en las principales ciudades, de ahí veremos cómo va evolucionando el mercado y los proyectos en minería y construcción para poner una planta permanente.
¿Cuántas plantas de concreto esperan sumar en los próximos cinco años?
Deberíamos montar por lo menos una planta por año.
Hacia soluciones de construcción
Más allá de cemento y derivados, ¿ven soluciones diversas para la construcción?
Sí, hemos lanzado nuestra línea de pegamentos para mayólicas, morteros secos (mezclas de cementos y agregados) para tarrajeo, concreto y albañilería, y la línea de cementos blancos para mayólicas y mármoles, y a principios de este año lanzamos la línea de ladrillos de concreto. Estamos diversificando la producción.
¿Todas esas líneas están en Cajamarquilla?
Una parte está en la planta de Cajamarquilla y vamos a llevarlas a otras partes del país también. Así, estamos viendo de poner una planta de ladrillos y pegamentos en el norte.
En esa diversificación, ¿la producción de pinturas podría ser el siguiente negocio?
Ahí (en el sector de pinturas) estamos viendo una sociedad con una empresa, son otras líneas. Hay muchas líneas que también estamos viendo para el sector construcción.
Hay barreras de entrada en el sector de pinturas (donde opera Qroma)…
Sí, pero no tan fuertes como en cemento, que es enorme. Pelear contra los tres grandes (Unacem, Pacasmayo y Yura) que están en todo tipo de negocios, y son trasnacionales, es bastante difícil, aunque ya hemos avanzado bastante, pese a todo.
Cuando vino la pandemia y las elecciones, y aun con la demora en los permisos, hemos seguido apostando por Perú. Varios países nos han llamado, nos daban una serie de facilidades tributarias para llevar nuestra inversión. Conversando con la familia decidimos seguir apostando por Perú.
LEA TAMBIÉN: Qroma y su estrategia de crecimiento en el sector retail con Color Centro
La apuesta por Perú
¿Qué factores los motiva a seguir invirtiendo aun cuando la demanda está contraída?
Tenemos parada la construcción de infraestructura. No hay ninguna nueva inversión del Gobierno. Lo que vemos son los proyectos de hace 30 años.
¿La apuesta viene entonces por el potencial de inversión en infraestructura?
Es más: la inversión que debe venir del extranjero en minería, que es un gran consumidor de cemento, no solo para construir sus instalaciones sino para diversos usos en la minería.
Luego sí, el otro factor es la infraestructura. Nos faltan carreteras, aeropuertos, puertos, hospitales, colegios. Todo eso es infraestructura que debe dar el Gobierno para generar bienestar a la población.
LEA TAMBIÉN: Consumo de cemento cae por desempeño en el primer trimestre de 2023
HOJA DE VIDA
Nombre: Carlos Choy Koosau
Cargo: Gerente general de Cementos Inka
Edad: 62 años
Nacionalidad: Peruano
Trayectoria: 44 años en el sector industrial, de los cuales 19 son en el sector cementero
Hobbies: Cocina y deportes (motociclismo, karts y automovilismo)