La pandemia ha afectado de dos maneras al negocio de San Roque, la empresa lambayecana que elabora el tradicional king-kong. El primer golpe es consecuencia de la contracción generalizada del consumo y el segundo se debe de la ausencia de turistas, tanto locales como extranjeros, que hasta antes del COVID-19 generaban más de la mitad de los ingresos de la compañía.
“Nuestro principal target eran turistas que venían y compraban el producto como un souvenir de su paso por el norte del país o de gente local que lo llevaba a otras regiones como regalo”, indica Jorge Piscoya, gerente general de San Roque. Este público representaba el 54% de las ventas. El resto correspondía a personas que compraban los dulces para su propio consumo.
Pese a ello, Piscoya comenta que la respuesta de los consumidores locales ha mejorado en los últimos meses, sobre todo de las ciudades del norte del país como Chiclayo, Trujillo y Piura, de donde proviene el 70% de las ventas (el 20% viene de Lima y el 10% restante son exportaciones).
Este nuevo impulso a la demanda ha llegado acompañado de un incremento del 25% en el ticket promedio de compra. “Somos una marca de referencia en el norte del país, una lovemark, y el público nos ha tenido consideración en medio de la crisis sanitaria”, asevera Piscoya.
El gerente general de San Roque comenta que en setiembre ya se había alcanzado el 70% de las ventas del mismo mes del año pasado. Además, proyecta que durante el último trimestre se podría conseguir hasta el 90% de los ingresos registrados en el dicho periodo del 2019.
Lanzamientos
Pese a ello, y por haber prácticamente paralizado sus operaciones durante dos meses y medio debido a la cuarentena general, las ventas totales del 2020 podrían registrar una caída que oscilará entre el 30% el 40%.
Durante el 2020 San Roque cumplió 100 años. Por la ocasión, se iban a realizar inversiones para renovar el frontis de su centro de producción. “El proyecto consistía en adecuar la planta para poder recibir turistas y que vean el proceso de elaboración de los postres”, detalla Piscoya. Esto ha tenido que ser postergado hasta el 2021.
Pero hay otros planes que siguen su curso, como los lanzamientos de nuevos productos. El 70% de los ingresos de San Roque provienen de la venta de los king-kong en diversas presentaciones y el resto a otros postres como alfajores, galletas, miel y algarrobina. La compañía busca diversificarse aún más.
Piscoya comenta que San Roque lanzará una línea de productos bajos en azúcar. “Tenemos muchos consumidores que buscan alternativas más saludables. Para ellos hemos desarrollado manjar blanco y mermeladas de frutos rojos, maracuyá y piña con cero azúcar añadida, que usaremos para elaborar king-kong”, detalla.
También han incursionado en la producción de pan de molde y ya tienen listas dos variedades: blanco y multisemilla. Todas estas novedades se lanzarán antes de fin de año. “Estamos buscando reinventarnos de alguna manera, adaptarnos a la tendencia que el mercado busca e impulsar el crecimiento con nuevos productos tras un año difícil”, agrega el gerente general de San Roque.
Producción lechera
Hasta antes de la pandemia, San Roque registraba crecimientos anuales de hasta 12%. Para acompañar esta tendencia, la empresa había planeado ampliar su capacidad de producción lechera. Este es otro proyecto que el coronavirus no detuvo.
Pese a las limitaciones de transporte, la compañía pudo adquirir y traer 100 vacas Holstein desde Carolina del Norte. “Actualmente están en cuarentena en nuestro establo. Una vez que se incorporen, podrán incrementar nuestra producción de leche en aproximadamente 3,000 litros diarios”, indica Piscoya.