Roche ha advertido que la invasión de Rusia a Ucrania está perturbando el desarrollo de una nueva generación de fármacos para la esclerosis múltiple (EM), en momentos en que la industria ha llegado a depender desproporcionadamente de Europa del Este para los ensayos clínicos.
La industria farmacéutica se ha esforzado por encontrar formas de mantener a los pacientes de Ucrania inscritos en diversos ensayos clínicos, ya que millones de ellos han huido de la guerra y han buscado refugio en los países vecinos.
“Tanto Ucrania como Rusia han contribuido históricamente de forma muy importante a los ensayos clínicos para pacientes con trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple”, dijo el director de la división farmacéutica de Roche, Bill Anderson, a periodistas.
Entre el 20% y 30% de los pacientes del programa mundial de ensayos con fenebrutinib para la EM proceden de Ucrania y Rusia, lo que supera con creces el potencial de ingresos de estos países, según la empresa suiza.
Afirmó que está abriendo centros en otros países, “reclutando para centros más en los países donde tenemos ensayos clínicos y reclutando pacientes en los centros existentes más rápidamente”.
Aunque los ensayos en Ucrania se han visto interrumpidos por la guerra, no se reclutarán más participantes en ensayos en Rusia como parte de la respuesta de Roche a la invasión, que fue similar a la de otros fabricantes de medicamentos. Moscú describe sus acciones como una “operación militar especial”.
Europa del Este es un lugar de ensayo atractivo porque los investigadores que dirigen los centros médicos están bien formados y los pacientes tienen un fuerte incentivo para ofrecerse como participantes porque a menudo pueden recibir una atención mejor que la que ofrece el sistema sanitario.
Aparte de los ensayos en curso de Ocrevus, el medicamento lanzado para la EM, Roche está probando en voluntarios el fármaco experimental fenebrutinib, que forma parte de una clase conocida como inhibidores de la BTK.