El grupo energético español Repsol afirmó este jueves que podría reducir sus inversiones en España si se vuelve permanente el impuesto excepcional sobre los beneficios de los grandes grupos energéticos adoptado por el gobierno de izquierdas.
La compañía se expresó así en un comunicado en el que anunció una fuerte alza de sus beneficios en el tercer trimestre del año, gracias al aumento de los precios del gas y del petróleo en los mercados mundiales.
Repsol criticó el impuesto y la posibilidad de que se perpetúe, algo a lo que parece inclinada la coalición de izquierdas que gobierna desde 2020 y que, tras las elecciones del 23 de julio, podría renovar mandato, con el socialista Pedro Sánchez al frente, si consigue suficientes apoyos parlamentarios.
Destinado a financiar las medidas adoptadas contra el impacto de la inflación en el poder adquisitivo, este impuesto temporal sobre los beneficios de los grandes grupos energéticos permitiría al Estado español recaudar 2,000 millones de euros anuales en 2023 y 2024.
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El Partido Socialista y la plataforma de izquierda radical Sumar firmaron un nuevo acuerdo de coalición el martes para el próximo ejecutivo, en el que incluyeron la posibilidad de hacer permanente el impuesto y reforzar otros impuestos a empresas.
“La posibilidad de que se mantenga un gravamen a las compañías energéticas (...) castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales” y “generan empleo”, escribió la compañía en su comunicado.
“En cambio, favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España”, y “podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España”, advirtió.
“Responsabilidad”
La ministra de Economía, Nadia Calviño, defendió el impuesto en una entrevista con la cadena La Sexta.
“Estamos viendo que las empresas publican y anuncian estos días beneficios récord, (...) y el programa para la próxima legislatura sigue una línea de responsabilidad”, dijo Calviño.
“Lo importante es que siga habiendo crecimiento, que las empresas tengan beneficios y que una parte de esos beneficios revierta en el funcionamiento de nuestro sector público y nuestra sociedad”, subrayó.
Repsol anunció este jueves que su beneficio neto alcanzó los 1,360 millones de euros (US$ 1,433 millones) entre julio y setiembre, casi el doble que el registrado en el tercer trimestre de 2022 (683 millones de euros).
Este resultado, un claro repunte frente al segundo trimestre (308 millones de euros de beneficios), es superior al esperado por los analistas del proveedor de información financiera Factset, que proyectaban de media unos 1,070 millones de euros.
Desde enero, sin embargo, el beneficio neto del gigante energético cayó un 14% con respecto a los nueve primeros meses de 2022, a 2.780 millones de euros, con unos precios del petróleo que fueron en ese periodo un 22% más bajos que el año pasado.
“2023 está siendo un año de profunda transformación para Repsol, con avances firmes en descarbonización”, señaló el consejero delegado de la empresa, Josu Jon Imaz, citado en el comunicado, en el que calificó los resultados de “sólidos”, más aún en “un entorno volátil”.
El grupo energético, que anunció a finales de 2020 un plan de inversiones de 18,300 millones de euros hasta 2025 para “descarbonizarse”, dijo haber invertido entre enero y setiembre 4,362 millones de euros, principalmente en España y Estados Unidos.
Los beneficios de Repsol se dispararon el año pasado, hasta los 4,250 millones de euros, un 70% más que en 2021, gracias al repunte de los precios del petróleo.
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