Christian Lengua
Tras hacerse conocida desde hace más de diez años como churrería en centros comerciales, la empresa Q’churros aceleró el plan estratégico que tenía a dos años y entró a Wong con sus productos congelados. Planea expandirse a otros supermercados y tiendas de conveniencia.
“Estamos migrando a nuevos canales. Hemos hecho una innovación con los churros congelados, para clientes de supermercado, que vienen listos para hornear”, explica Alessandra Garavito, directora de la empresa. Con la pandemia, las ventas cayeron al 40% por lo que tuvieron que aplicar planes rápidos.
Conforme reabrieron los centros comerciales, pudieron volver a atender en los siete módulos que tienen en Lima (Jockey Plaza, Real Plaza Salaverry, Open Plaza, entre otros). Estas tiendas funcionan también como puntos de distribución para los pedidos de Rappi y Glovo. Solo le quedan por abrir las dos tiendas que tienen en dos sedes de la UPC.
Otro de los planes que tuvieron que agilizar fue el e-commerce. Los primeros días de noviembre lanzarán una nueva web para potenciar su canal digital. Apuntan a un plan de diversificación relacionada para esta expansión, con supermercados, ventas online, sin dejar de lado sus tiendas actuales que representan un ingreso importante para la empresa.
Garavito reconoció que este proceso no fue fácil porque significó mucho aprendizaje en el camino. “Pero una de las habilidades que tenemos como directorio es que somos rápidos y con determinación”, indicó.
Por el momento, este año no tienen previsto abrir más tiendas debido a que la inversión es muy alta. A futuro, planean abrir una tienda stand alone (tienda independiente) para que sea el local emblemático de la marca, evalúan que esté ubicada en Miraflores.
Hace un tiempo tuvieron franquicias en provincias pero decidieron dejarlas porque era muy complicado controlarlas. Mediante este sistema planean a futuro internacionalizar la marca.
“Estábamos en una etapa de crecimiento muy buena antes de la pandemia, y con buenas proyecciones. Pero somos una empresa peruana y ahora queremos estar sólidos, para seguir creciendo”, explicó.
Sabores y protocolos
El churro es un producto delicado, reconoció Garavito, y eso implica que los protocolos sean muy rigurosos. “Hemos tenido exámenes para certificación con puntajes muy altos, de 97% sobre 100%, para asegurar la calidad”.
En Q’churros tuvo que hacer cambios tanto en la atención como en el producto. Eso también incluyó algunos ajustes de personal, ya que por protocolo, en los puntos de venta de centros comerciales antes tenían dos personas y ahora, dependiendo del tamaño del local, solo puede estar una. Sin embargo, el personal de planta se ha mantenido.
En cuanto al producto, siguen innovando en sabores. “No podría enumerarlos, tenemos sabores que vamos sacando por campaña, hasta un churro de manjar de pisco”, comentó. Pero los que siempre ofrecen son el de manjar, chocolate, lúcuma y los glaseados de fresa, maracuyá y guanábana.
De hecho fue en el 2011 que se hicieron conocidos en la feria gastronómica Mistura por sus sabores novedosos con insumos peruanos. Esa fue una de las premisas de Carla Simon, al fundar la empresa.