En el 2018, Hugo Yataco emprendió el relanzamiento del negocio pisquero familiar. Aquel año visitó la bodega y conoció las bondades del destilado que producían su tío Luis Enrique Yataco y María Luisa de la Cruz en Chincha.
Ante el potencial del producto, se decidió pasar de un proceso artesanal a uno de mayor productividad. También le puso un nombre: Sapaq, que significa “único” o “exclusivo” en quechua.
Yataco explica que las bodegas artesanales de pisco se caracterizan por producir unos 3,000 litros al año de pisco. Luego de algunas inversiones (gas en lugar de leña para la cocción del mosto, uso de máquinas que filtran el pisco al llenar las botellas), la bodega alcanzó un nivel que superó largamente dicha cifra.
Sapaq es un pisco boutique. “Esto quiere decir que, si bien mantiene la parte de producción ancestral y la tradición, se le ha añadido un toque ya de tecnificación”, añade.
Exportación
Yataco comenta que el año en que entre el 2018 y el 2019, la bodega exportó casi 4,000 litros de pisco Sapaq, principalmente a Brasil. La expectativa para el 2020 era ingresar al mercado canadiense, sin embargo, la pandemia impidió concretarla.
Sapaq padeció la caída de la demanda de los mercados extranjeros y la contracción al interior del país. El negocio se vio afectado hasta en un 90%.
Hoy la marca ha se ha ido recuperando. Yataco afirma que este año ya se ha retomado el ritmo de exportaciones al mercado carioca.
“Además, hemos retomado los contactos y ya estamos próximos a ingresar al mercado canadiense”, indica. Para el 2021 se proyecta una exportación promedio entre los 6,000 y los 7,000 litros. La participación de Canadá será mayoritaria.
De la producción total de Sapaq, el 80% va a mercados internacionales. La proporción restante se vende en restaurantes de las afueras de Lima (Pachacamac, Cieneguilla). Los ingresos locales también provienen de la venta de macerados de la marca Top Shelf, que lanzó este año para diversificar su portafolio.
Yataco comenta que en los próximos dos años planea llegar a nuevos mercados extranjeros, entre ellos el estadounidense. “Primero, llegaríamos con un distribuidor y en una segunda etapa, evaluaremos la posibilidad de abrir una oficina comercial allá”, indica.
En cuanto a los macerados top Shelf, la meta es también convertirlos en un producto exportable. “La meta es desarrollar una paleta de productos para ofrecer pisco y variantes de pisco a mercados internacionales”, concluye.