Mondelēz International Inc. está aumentando la producción en Venezuela y reincorporando algunas marcas icónicas que dejó de fabricar hace años durante un período de caos económico que obligó a muchos de sus competidores a abandonar el país.
Mondelēz, uno de los mayores fabricantes de snacks que quedan en el país, cuya sede está en Chicago, planea invertir entre US$ 5 millones y US$ 8 millones el próximo año para capitalizar un aumento en el consumo, dijo su gerente general, Rubén Echeverri, en una entrevista en Caracas. Si bien la inversión sería pequeña para la mayoría de los mercados, es significativa en Venezuela, donde las multinacionales han estado recortando o cerrando.
“La visión de la compañía es a largo plazo”, dijo Echeverri, quien se describe como un terco optimista. “Cuando revisas la historia de Latinoamérica, países como Perú, Brasil, compañías que abandonaron esos mercados hoy no han sido capaces de recuperar sus posiciones de liderazgo”.
La inversión es la mayor que ha realizado la empresa en el país en al menos tres años y se produce en medio de un sorprendente repunte económico: se prevé que el PBI crezca un 7.6% este año, según economistas encuestados por Bloomberg. Gracias en gran medida al uso generalizado del dólar estadounidense, los consumidores ayudaron a sacar al país de una recesión de siete años que ahuyentó a las multinacionales y agotó la inversión extranjera.
Las tasas de inflación más altas de América Latina y un entorno empresarial incierto siguen siendo motivo de preocupación. Pero la empresa ve señales de optimismo, como la relajación por parte de la Administración Biden de algunas sanciones a la industria petrolera y un acuerdo multimillonario alcanzado por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro con la oposición.
“Estamos apostando a que eso se va a traducir en más consumo, más empleo”, afirma Echeverri. “Hay que esperar que eso se materialice, pero al final es una señal que va en dirección positiva”.
El regreso de Tang
La operación de Mondelēz surgió de una escisión de Kraft Foods Venezuela hace una década. Se hizo cargo de la producción de algunas marcas con décadas de antigüedad, incluida una versión de la mayonesa Kraft y una Oreo de color marrón claro que solo se vende en Venezuela.
La crisis económica y una inflación persistentemente alta habían obligado a la empresa a eliminar algunos productos de su cartera. Otras multinacionales abandonaron el país o suspendieron sus operaciones, entre ellas Kellogg Co, Kimberly-Clark Corp, Colgate-Palmolive Co, General Motors Co y al menos media docena de aerolíneas internacionales.
Pero Mondelēz nunca abandonó sus dos fábricas. Hoy emplea a 1,167 personas. Ha reintroducido algunas de sus meriendas favoritas, como las galletas Oreo Fudge para la temporada navideña, los jugos en polvo Tang y otros cuatro productos.
“El trabajo ha sido reconectar nuestras marcas”, dijo Echeverri. “Esa es la agenda”.
La reintroducción de marcas conocidas en lugar de traer otras nuevas da a Mondelēz una ventaja sobre los productos colombianos que se espera que llenen los anaqueles venezolanos una vez que se normalice el comercio entre los dos países, dijo Echeverri.
Ve un escenario en el que las instalaciones de la empresa en Venezuela podrían eventualmente exportar productos a mercados extranjeros con una alta concentración de inmigrantes venezolanos. Más de siete millones de residentes han abandonado el país durante la crisis económica, según estimaciones de las Naciones Unidas. Pero a corto plazo, la atención se centra en el mercado nacional.
“Estamos viendo un consumidor más positivo”, dijo Echeverri. “Hay un consumidor atento a la dinámica de precios, pero que también quiere comprar productos de calidad”.