El grupo chino-español Mediapro logró salvar su relación con el fútbol español, en contraste con la situación en Francia, donde recientemente experimentó un sonado divorcio con el deporte rey que erosionó su imagen.
“Confío como socio en Mediapro”, aseguró a fines de enero el presidente de la Liga, Javier Tebas.
El fiasco en Francia no tuvo mayor eco en el país vecino, donde el grupo dirigido por el catalán Jaume Roures posee una parte de los derechos televisivos del campeonato español, lo que le permite difundir los partidos en establecimientos públicos como bares, así como fuera de España.
De todas maneras, la Liga y Mediapro tuvieron que renegociar su contrato ante el cierre de miles de bares en España a raíz de la pandemia del COVID-19.
Renegociación en España
“No hemos tenido problema. Hemos renegociado lo que corresponde renegociar”, señaló Tebas, sin revelar cifras. “Aquí nadie ha dicho: ‘No, paga todo y no puedes abrir los bares’. No, hay que saber que cuando hay una crisis de estas, hay cosas que tenemos que renegociar, y con Mediapro se ha renegociado”.
Un contraste con el drama desatado en Francia por la ruptura entre la liga francesa (LFP) y Mediapro, quien no cumplió con sus pagos previstos en otoño por los derechos de transmitir los partidos en su cadena Telefoot, adquiridos en el 2018 por 800 millones de euros (US$ 958 millones) anuales.
Para Francesc Rufas, especialista en mercadotecnia deportiva, el fútbol español tenía interés en no reproducir el escándalo francés para evitar riesgos.
“No interesa que se genere una imagen de que potencialmente alguno de esos clubs podría tener problemas para cobrar” por los derechos televisivos, como en Francia, explicó.
La Liga optó, a su juicio, por evitar un choque, en un contexto muy difícil para el fútbol europeo, donde los juegos a puerta cerrada pierden interés para un público que no puede ir al estadio ni verlos en los bares por la pandemia.
Para Rufas, la Liga se contentó con ganar menos. En Francia, si hubiera habido “acuerdo a la baja, Mediapro habría pagado menos, pero habría pagado”.
Credibilidad “tocada”
De todas maneras, la figura de Mediapro tiene menor relieve en España toda vez que los derechos de difusión doméstica del campeonato español (salvo en establecimientos públicos) los posee el grupo de telecomunicaciones Telefónica, vía su marca comercial Movistar.
Por ende, los españoles no corren ningún riesgo de quedarse sin ver los partidos en sus casas, si bien cualquier problema que tuviera Mediapro tendría un impacto financiero en la Liga.
La influencia de Mediapro “ya no es lo que era, ahora Movistar tiene la parte” de peso en cuanto a derechos deportivos, explica Joan Celma, especialista en gestión de empresas deportivas.
Pero su “credibilidad está tocada”, estima Celma, especialmente porque la situación en Francia ocurrió luego de que la empresa perdiera en el 2018 los derechos de la Serie A italiana, por no aportar las garantías bancarias suficientes.
El flujo de caja del grupo, de unos 90 millones de euros (US$ 108 millones), sigue siendo “débil”, según estimó Moody’s a fines de enero.
El futuro del grupo está en gran parte en las manos de su socio mayoritario chino, el fondo Orient Hontai Capital, que impulsó la estrategia “expansionista” de adquisición de derechos, pero sin dotar a “esta compañía de un volumen suficiente de liquidez”, señaló Francesc Rufa.
Mediapro, que dice obtener cerca de un tercio de sus ingresos de los derechos televisivos, ha continuado con su actividad de producción de películas y series, como por ejemplo “Rifkin’s Festival”, el último filme de Woody Allen, o “El buen patrón”, que se rodó en octubre pasado con Javier Bardem de protagonista y Fernando León de Aranoa en la silla del director.
El realizador español aseveró haber mantenido “una relación muy sólida y estable” por veinte años con Mediapro, lo que “no es habitual” en este medio.