No solo la posible prohibición de la tercerización propuesta por el Ministerio de Trabajo en la “Agenda 19” tiene en alerta al sector de limpieza, también la severa informalidad.
Juan Pablo Gajate, gerente general de Limtek, parte del Grupo Tawa, señala que hoy esta alcanza el 90% y solo el 10% son formales. Asegura que bajo el paragua de la reinvención muchos jugadores han entrado a competir, pero sin cumplir las normativas legales, los debidos protocolos COVID, de manipulación de insumos químicos y certificaciones, entre otros requisitos.
“Producto de la necesidad se generaron emprendimientos que no necesariamente eran los más adecuados, empresas que antes no hacían desinfecciones empezaron a hacerlo, sin cumplir con las normas establecidas y con el personal no calificado. Eso le restó valor a la industria en general, cuando en otros países esta actividad renacía y pasaba a tener un rol preponderante, en nuestro país fue decayendo”, asegura.
Explica que la formalidad pasa, no solo por cumplir con todo lo dispuesto por el Ministerio de Salud (Minsa), también por pagar impuestos, tener al personal en planilla y capacitarlo según lo exigen las normas de salud ocupacional.
“Me atrevería a decir que los dos grandes acápites son: el incumplimiento de las normas laborales (como mantener a los trabajadores en planilla, tener un seguro de trabajo de riesgo, ya que todas estas actividades lo requieren) y la segunda causal de informalidad más grande es no cumplir con los requisitos que las normas exigen (entre ellos tener la infraestructura adecuada para el mantenimiento de insumos químicos).
Prohibición de la tercerización
El ejecutivo precisa que si a esto se le suma el efecto que podría tener la prohibición de la tercerización de los servicios de limpieza, este cuadro perjudicaría aún más, porque las empresas no van a optar por realizar esta actividad ellos mismos.
Considera que esta medida no es viable porque provocaría que las empresas se integren verticalmente en procesos que no son de su conocimiento pleno, ni de su capacidad profesional, porque no solo es pasar un “trapito con agua”, se requiere ser especialista para hacerlo.
“Este es un sector que emplea alrededor más de 100,000 personas y dejarlas de la noche a la mañana sin empleo sería crítico. Se debería abordar el tema con pinzas porque le haría mucho daño a la economía del país”, asevera.
Evolución del negocio
Pese a que la demanda de los servicios de limpieza aumentó por parte los sectores esenciales que no pararon, la inactividad de otros ante la crisis sanitaria llevó a que las empresas de limpieza se replegaran, de 1,000 activas en el 2019 pasaron a ser solo la mitad este año, aunque no hay un registro claro, estima, Gajate.
Además, revela que después de la segunda ola del COVID-19 y ad portas de una tercera, las compañías han bajado la guardia en cuanto a la demanda de los servicios de limpieza, principalmente, porque han ajustado sus presupuestos debido a que sus ingresos no están siendo suficientes.
Refiere que también están enfrentando sobrecostos, ya que los precios de los insumos químicos de primera generación (como el amonio cuaternario), se han encarecido en 20%, aproximadamente, respecto al periodo prepandemia, debido al tipo de cambio ya que muchos productos son importados o tiene algún componente importado.
También calcula que existen todavía entre 20% y 30% de espacios de oficinas corporativas desocupadas o en desuso; así como plantas industriales (de alimentos y bebidas) con aforos limitados y otras actividades que aún no regresan como colegios y universidades, lo que hace que este mercado aún no se recupere del todo. “Los ingresos de la industria deben estar entre un 50% y 70% de lo registrado prepandemia”, acota Gajate.
Mientras que, en Limtek están a un 70%, impulsado por la diversificación de actividades que atienden.
“Llegar al 100% dependerá de la reactivación económica y a lo que decidan las compañías respecto al uso de sus instalaciones y en la medida que decidan adoptar el trabajo remoto”, puntualiza.