Nació en Brasil pero gran parte de su infancia la pasó entre Ecuador y Perú, para luego instalarse en Estados Unidos. El ‘país de las oportunidades’ le dio la ocasión de involucrarse en voluntariados donde apoyó a refugiados de Somalia y Sudán y donde -confiesa- “encontró ese propósito en su vida”. Sin aquella experiencia, probablemente, no habría vuelto a Sudamérica 11 años después. En esta zona del mundo confirmó su camino que la llevó a cursar una maestría en Administración Pública y fue en esas aulas donde conoció a sus socios con los que co-fundó Laboratoria.
Para la nueva CEO de Laboratoria, Gabriela Rocha, los cambios son su constante desde la infancia. De ahí proviene -dice- su gran optimismo frente a la transición por la que atraviesa la organización y ante los desafíos tecnológicos y económicos, porque -pese al panorama retador- abrirá operaciones en cinco nuevos países de Latinoamérica este 2023.
LEA TAMBIÉN: EdTech peruana Konstruedu profundizará su foco en México y Colombia tras obtener US$ 100,000
Hoy radicas en México, ¿fue parte de tu plan de vida el viaje constante?
Nací en Brasil pero por el trabajo de mis padres viajábamos mucho. A mis seis años ya había estado en cinco colegios donde aprendí contextos y culturas nuevas que me dieron una perspectiva bastante valiosa. Terminé la universidad en Estados Unidos. Vivir en el campus durante la guerra con Irak y apoyar en voluntariados me informó mucho sobre cómo canalizar ese interés genuino de querer trabajar en proyectos que impactaran positivamente. Yo quería explorar el mundo desde la perspectiva de la política pública.
Y estabas en México cuando surge Laboratoria
Estaba trabajando un año como consultora de políticas públicas para el gobierno mexicano cuando Mariana Costa (ex CEO de Laboratoria por 9 años) empezó a pilotear el proyecto en Perú, me pareció una promesa de valor increíble y le lancé la loca idea de qué pasaría si yo hago lo mismo aquí.
Muchos emprendedores tienen miedo a desvincularse de su ingreso fijo hasta tener algo seguro, ¿Cómo fue en tu caso?
Fue una apuesta enorme, no sabíamos si iba a funcionar porque pocos hablaban de los bootcamp (2014) y de las mujeres en la tecnología. No sabíamos si íbamos a tener mujeres interesadas en los cursos o si las empresas nos apoyarían con financiamiento. Había tanta incertidumbre, pero el proyecto me había generado una emoción única, era una propuesta de valor poderosa, ¿era en serio que en seis meses les íbamos a dar a mujeres, a las que nadie quería contratar ni ver talento, las habilidades para crecer y tener un sueldo competitivo? Dejé un trabajo con una línea de carrera clara porque estaba delante de esta oportunidad, me lancé y me dije ‘ya veré cómo le hago’.
Y en esos inicios, ¿ya sabías qué era el JavaScript o crear un código de programación?
(Risas) No, no sabía nada. Yo estudié psicología (luego la maestría en Administración Pública). Pero aprendimos de nuestro socio y también de nuestros primeros profesores voluntarios. Hoy todavía no sé programar, pero felizmente para nuestras estudiantes no soy la que imparte los cursos, tenemos un equipo super top.
¿Te consideras una mujer tecnológica?
No sé si me siento identificada como tal. Soy una mujer que impulsa a que las mujeres puedan estar ahí. Nuestras estudiantes y egresadas son las que, a diferencia de mi, están años luz. Así es como yo me siento.
En estos nueve años como directora ejecutiva, ¿pensaste que llegarías a ser la CEO?
No. Nunca tuve esa ambición ni ese plan. Mariana siempre estuvo liderando y yo con ella, pero en un rol distinto. Mariana ha sido una gran líder, pero hoy los tres socios estamos convencidos en este paso de transición. Ya hace algunos años, pero con más fuerza en los últimos meses, empezamos a preguntarnos ¿qué tenemos que hacer para que la organización pueda triunfar y seguir adelante sin nosotros?, por eso nos pareció importante dar este paso. Ahora Mariana y Rodulfo están en esta nueva iniciativa de Laboratoria+, como una startups como hace nueve años, y me toca liderar la transición para hacer escalar y robustecer Laboratoria para que algún día vuele sola.
¿Y cómo estás invirtiendo tu tiempo libre ahora?
A mi me gusta, quizá porque viajé tanto cuando estuve soltera, dedicar tiempo a mis relaciones con mis amigos, hoy también con mi hija que me da mucha perspectiva en mi vida, he logrado tener un mejor balance en términos de tiempo y dedicación. (Rocha mencionó que en algún momento estuvo al borde de tener burnout debido a los viajes constantes por trabajo).
¿Ser líder es ser optimista realmente?
Sin duda. Si vas a liderar una organización en tiempos difíciles, si no vez la luz o la crees genuinamente, es difícil motivar a las personas a seguir adelante. En Laboratoria no es la primera vez que atravesamos tiempos complicados. Ahora hay nuevas tendencias en los mercados, tendremos que reinventarnos y no es fácil. Debes tener un mix de visión y juicio que no siempre van de la mano. No obstante, saber que pasamos un hoyo negro y que no solo lo superamos, sino, que salimos más fuertes, me da hoy la seguridad de que todo este esfuerzo vale la pena, ya lo he sentido en mi piel.
LEA TAMBIÉN: Cibertec apuesta por expandirse a nivel nacional por medio de nueva oferta educativa virtual
Los próximos retos
Para el corto plazo, Rocha ya tiene dos objetivos claros para la organización. Laboratoria no solo anunciará “muy pronto” su ingreso a cinco nuevos países de la región en el segundo semestre del 2023 (hoy opera en Chile, Ecuador, Colombia, Perú o México), también agregará dos nuevos cursos, además de desarrollo web o diseño de experiencia de usuario que ya ofrece a sus estudiantes.
“Nuestro sueño es que cualquier mujer que sea parte del público objetivo de Laboratoria pueda postular independiente de donde esté”. Este año, tendrán al menos 700 egresadas.
Este 13 de junio, Laboratoria confirmó en sus redes sociales que ingresará a San José en Costa Rica, Montevideo (Uruguay), La Paz (Bolivia), Panamá y Asunción en Paraguay.
Ante el avance de la Inteligencia Artificial, impulsado por ChatGPT, la organización también ha empezado a incluirlo en su currículo. Aunque Rocha anota que serán lo suficientemente juiciosos hasta entender las posibles transformaciones en el mercado laboral y otros aspectos. Esto podría llevar a la edTech a replantear la duración de los bootcamp a menos de seis meses, aunque todavía no se ha tomado la decisión.
A nivel de su misión, en tanto, se mantendrán activos “en su responsabilidad” de que el ingreso de más mujeres en el mundo de la tecnología no retroceda luego de los despidos masivos en Estados Unidos. “Sentimos la responsabilidad enorme de trabajar de la mano con las empresas para seguir apostando por el talento junior pese a los desafíos económicos”, finalizó.