En el sector calzado, hay alrededor de 1,500 micro y pequeñas empresas (mypes) que buscan sacar adelante sus marcas propias; sin embargo, aún requieren de apoyo para posicionarlas en el mercado interno y externo, señala el presidente de la Cámara Peruana del Cuero, Calzado y afines, Ismael Zanabria.
Por lo general, reconoció que estas mypes comercializan sus productos en puestos propios de mercados o centros comerciales de sus localidades, pero les falta asesoría para lograr que sus marcas tengan una identidad más fuerte y despeguen.
A partir de la comercialización de sus marcas, estos fabricantes buscan compensar la caída de la demanda por parte de cadenas como Bata o Platanitos, que durante la pandemia han reemplazado parte de sus compras de calzado nacional con inventario proveniente de países del Asia como China o Vietnam o la India. Dichos competidores del exterior ofrecen precios significativamente más bajos debido a que gozan de mano de obra más barata y mayor desarrollo tecnológico.
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Además, durante la emergencia sanitaria surgieron “unas cuantas docenas” de emprendimientos tipo boutique, liderados principalmente por personas jóvenes que demandan a los productores de calzado renovar constantemente sus modelos, materiales y colores, lo cual les implica un mayor esfuerzo.
Compras estatales impulsarán las ventas
Ante los menores pedidos de calzado por las cadenas de retail, el principal impulso a las ventas de dichas micro y pequeñas empresas este año vendrá de las compras estatales. Según Zanabria, Compras a Myperu lanzará convocatorias el 2023 para adquirir calzado para los agentes de la Policía Nacional, reactivando así la demanda. De acuerdo con las estimaciones del presidente del gremio, este factor permitirá que las ventas del sector crezcan en 50% frente a las del 2022.
Por su parte, la Cámara de Calzado de Alto Trujillo indicó que las ventas del sector en La Libertad en el 2022 fueron equivalentes a apenas el 40% de las del año previo a la pandemia (2019). A esa situación, se suma que los materiales de producción de calzado se han elevado en 40% desde la emergencia sanitaria, mientras que los precios al consumidor solo han aumentado en un dígito, lo cual ha conducido a una caída de las utilidades, agregó Ismael Zanabria.
Añadió que las compras públicas tienen un impacto positivo en el sector, que todavía está lejos de recuperarse del efecto del covid-19. El número de empresas en el rubro ha seguido reduciéndose año tras año. Antes de la pandemia, sumaban 7,500, mientras que hoy solo 5,000 de ellas están operando.
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Una muestra de ese problema es visible en Trujillo, la principal ciudad productora de calzado. Antes de la pandemia había 4,000 fabricantes, mientras que, a inicios de 2022, menos del 50% estaba activo, según información de la Cámara de Producción de Cuerpo y Calzado de La Libertad. Muchos de estos productores de calzado se han dedicado a otras actividades económicas que les permiten sobrevivir. Del mismo modo, los trabajadores han migrado, principalmente, a las labores de operarios en el sector agrícola. Por esta razón, hay escasez de mano de obra calificada en el rubro calzado.
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