Goldman Sachs afirmó que el colapso de las reuniones de la OPEP+ introdujo incertidumbre en la trayectoria de producción del grupo, al tiempo que mantiene su visión de un precio del Brent de US$ 80 el barril para este verano boreal y un aumento gradual del bombeo a principios del próximo año.
Los ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, un grupo conocido como OPEP+, suspendieron el lunes las conversaciones sobre producción de petróleo y fijaron una nueva fecha para reanudarlas.
Los precios del crudo tocaban máximos de varios años el martes, impulsados por el estancamiento.
“Las diferencias entre ambas partes parecen superables, ya que están de acuerdo en aumentar la producción a fin de año con una incertidumbre aún alta para los balances petroleros del 2022, lo que hace que una promesa de punto medio a largo plazo sea innecesaria hoy”, dijo el banco en una nota.
La OPEP+ acordó recortes récord de producción de casi 10 millones de barriles por día (bpd) el año pasado, cuando golpeó la pandemia.
Goldman mantuvo su visión de un aumento gradual de la producción en el segundo semestre de este año, seguido de alzas similares en el primer trimestre del 2022, hasta poner fin a la caída de los inventarios.
Asimismo, ante sus previsiones de aumento de la demanda, la lenta recuperación de la producción mundial y una disminución de la capacidad productiva, espera que Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Rusia lleven el bombeo hasta récords promedio trimestrales o cerca de ellos, lo que ayudará a satisfacer todas sus preferencias.
“Si bien la amenaza de una nueva guerra de precios de la OPEP+ ya no es insignificante, su impacto negativo en los precios se vería atenuado por un mercado global que comienza con un déficit de 2.5 mb/d (millones de barriles por día) y necesitará 5 millones de bpd adicionales en producción a fin de año para evitar inventarios críticamente bajos”, agregó Goldman.