En medio del alza de los precios de los combustibles líquidos, la masificación del gas natural cobra aún mayor importancia y Cálidda planea invertir US$ 120 millones para expandir las redes el 2023. A propósito de la apertura de una nueva estación de gas natural vehicular (GNV), el director general de la empresa, Martín Mejía del Carpio, detalla a Gestión los planes en el negocio de distribución en Lima y Callao, pero también en otros negocios.
¿Cómo viene el despliegue de estaciones de GNV?
Hace un par de semanas ya obtuvimos el permiso de la estación de GNV en San Martín de Porres para la Línea Amarilla y hace pocos días fue inaugurada con la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). Servirá para darle gas natural a los buses de la Línea Amarilla, que ya tiene unidades a gas natural vehicular (GNV).
Así, ¿cuántas estaciones de GNV ya vienen conectando?
Tenemos más de 300 estaciones ya conectadas a gas natural en Lima y Callao, pero no son nuestras, sino de propiedad de diferentes empresas privadas. Ésta -de la Línea Amarrilla- es la primera donde hemos hecho inversión, pero la opera el concesionario. Lo hicimos para que sigan usando GNV. Es la primera estación cautiva dentro de un patio de buses.
En el primer trimestre del próximo año debemos estar poniendo la segunda estación (cautiva) en la Línea Roja. En diciembre de este año vamos a poner una estación propia de gas natural licuado (GNL) en Puente Piedra, justo estamos en la finalización de los permisos con Osinergmin, levantando una observación y en próximos días deberíamos conseguir la autorización para operarla. Ya serán tres estaciones de marca propia de Cálidda Energía. Vamos a tratar de seguir incentivando el GNV y poniendo estaciones conforme veamos la necesidad y demanda, sea para el transporte público o de carga, que son los dos segmentos que estamos interesados en ayudar con GNV y GNL en próximos años.
¿No apuntará a los vehículos particulares?
El sector vehicular menor (vehículos ligeros, taxis) ya lo tenemos, en su mayoría, a gas natural. De más o menos 250,000 taxis que hay en Lima y Callao, 220,000 ya consumen gas natural y los otros 30,000 taxis son, en su mayoría, a gas licuado de petróleo (GLP) y una porción menor a diésel. El próximo mes debería estar el FISE apoyando la conversión de unidades de GLP a GNV (solo se podían convertir las unidades a gasolina) y ahí se estiman unos 400,000 vehículos en Lima que podrían usar GNV en vez de GLP, la mayoría son particulares.
¿Siguen activos los pedidos de llevar GNV a los grifos?
Sí, cada vez que tiramos la tubería en ciertas zonas, conectamos nuevas estaciones y ellos transforman sus surtidores de otros combustibles líquidos a gas natural. En Lima hemos hecho más de 16,000 km de redes, pasamos por 42 distritos, nos falta solo para terminar la masificación en Lima y Callao aproximadamente 4,000 km, pero en la mayoría de zonas donde estamos hoy están instaladas 300 estaciones. Serían 20,000 km en todo Lima y Callao, incluyendo el norte chico, ahora justo estamos haciendo los estudios para intervenirlo a partir del año 2026 con un nuevo plan de inversiones al Estado.
¿En cuántos años cubrirían todo Lima?
En los próximos cinco años deberíamos terminar.
¿Las estaciones de Cálidda Energía serán solo GNV o también de otros productos?
Las que son cautivas, de los corredores, son solamente de GNV; y la estación (surtidor) de GNL la tenemos dentro de una estación de una marca privada en Puente Piedra y que también tiene combustibles líquidos. El surtidor de GNL complementará a los dos que está poniendo Quavii en Chiclayo y Piura, con eso tendremos el primer corredor verde para que los vehículos pesados puedan no solo consumir GNV sino también GNL.
¿También se complementaría con los propuestos por Limagas en el sur?
Hemos escuchado y conversado con ellos, puesto que todos tenemos que trabajar en esta misión de construir la infraestructura necesaria para llevar el transporte pesado y de carga a usar gas natural en GNV y GNL, para poder transformar todo el parque vehicular que hoy le causa un forado al Estado por el Fondo de Estabilización de los Combustibles.
Quavii planea abrir sus estaciones a inicios del 2023, ¿en ese momento se concretará el corredor de GNL de Lima al norte?
Claro, con tres estaciones. Nosotros igual tenemos aprobadas dos estaciones por el directorio y estamos esperando que esta estación -en Puente Piedra- empiece a funcionar. La reglamentación ha demorado muchísimo, salió el año pasado, los permisos de la estación han salido este año. Vamos a poner la segunda estación seguramente al sur de Lima, casi en la frontera con Ica, que es donde estamos buscando poner la cuarta estación de GNL -del corredor- para empezar a ampliar ese corredor y sumar más en función a la demanda.
¿Cálidda Energía planea tener estaciones para vehículos particulares (ligeros)?
Con Cálidda Energía queremos impulsar todo lo que es transporte de carga y pesados y tenemos que poner estaciones dentro de los patios de las empresas de transporte, de logística. Lo vamos a hacer para seguir incrementando el consumo de gas natural. Y otro de los segmentos que hemos estado trabajando, y que ya tenemos ahí proyectos, es el de generación de electricidad a base de gas natural, es decir, autogeneración. Ya tenemos un generador a gas natural de 4 MW en el Mall Puruchucho de Ate. Eso es Cálida Energía, no solo se dedica al transporte, sino también lo dedicaremos a soluciones energéticas.
¿Cómo se desarrollará este nuevo negocio?
Son generadores que consumen gas natural e inyectan energía directamente a la industria y no al sistema interconectado. Generan energía para la industria que lo demande. Queremos replicarlo con clientes libres que demanden energía entre 2 y 10 MW.
¿Cómo van las conversiones de vehículos al gas natural?
El año pasado convertimos 2,000 vehículos por mes y hoy en día estamos convirtiendo casi 6,000 vehículos por mes: se ha triplicado.
Segmento residencial
¿Cómo vienen los ritmos de conexiones domiciliarias?
El año pasado hicimos más de 2,300 km de redes de distribución de gas natural en Lima y Callao, y nos permitió conectar a 250,000 usuarios nuevos. Este año debemos estar construyendo aproximadamente 1,400 km, con los cuales estamos conectando más de 100,000 nuevos clientes. Además, hay 140,000 conexiones nuevas sobre la red construida en años anteriores. Tenemos menos construcción de redes, pero conectaremos casi el mismo número de usuarios que el año pasado.
¿Por qué se redujo el despliegue de redes el 2022?
El 2021 fue un año atípico, hicimos redes pendientes que no habíamos hecho el 2020 por la pandemia, paramos cuatro meses y además de eso se hicieron casi 300 km de redes con fondos del Estado, que hizo un piloto con nosotros para usar el FISE para hacer redes de distribución de gas natural y que no entren dentro del componente de inversión en la tarifa para que esta no se incremente.
¿El 2023 mantendrán el ritmo de este año?
Del plan quinquenal que presentamos el 2021, nos faltarían 800 km el próximo. Los estaríamos terminando en setiembre, pero ahora estamos conversando con nuestro directorio para ampliar este plan y seguir haciendo redes para terminar en cinco años todo lo que son las redes que nos faltan para terminar el 100% en Lima y Callao. Al 2026 eran 1,850 km que teníamos aprobados por el Gobierno -en el último plan quinquenal-, eso ya lo estamos terminando el próximo año. En dos años estamos haciendo lo que propusimos hacer en cuatro.
¿En cuánto se ampliaría el objetivo?
Estamos justamente estudiando algunas zonas, terminando los trabajos de campo y muy probablemente el próximo año le presentemos al Gobierno una ampliación de ese plan en aproximadamente 1,000 km adicionales. Ya nos falta muy poco y las zonas que nos faltan son mucho más complejas, el ritmo de avance seguramente no será de 1,000 km por año, sino de 500 km en el 2024 y en el 2025. Lo que nos faltaría son 3,000 km, de los cuales hay 1,000 km en el norte chico, 1,500 km en distritos de niveles A y B, y 500 km en otros distritos.
Aparte estamos trabajando una iniciativa para llevar el gas a los cerros. Para eso también hemos presentado ya un informe técnico al Osinergmin y al Ministerio de Energía, quienes hoy en día están revisando lo presentado para habilitar en Perú un primer piloto en cerros donde no podemos entrar por razones técnicas.
¿El 2025 estarían terminando la expansión de red en distritos de NSE medio y bajo?
Sí, nos quedaría solo el norte chico, algo del sur chico, pero sería para el próximo plan, exceptuando los cerros que no los tenemos dentro de planes de trabajo, pues no hay autorización. Ahí por lo menos hay 200,000 casas, de las cuales al menos la mitad se podría conectar con gas. Para el próximo plan, que se presenta en el 2025, estará el norte chico, lo que falta del sur chico y terminar con zonas de NSE alto.
¿Cuál sería el presupuesto para todos los planes del próximo año?
Vamos a invertir más de US$ 120 millones en redes de distribución de gas natural.
En tanto, ¿cómo viene la demanda de los clientes libres?
Ha crecido un poco, más o menos 2% respecto a antes de pandemia y está amarrado al crecimiento de la economía. Toda la industria grande de Lima la tenemos conectada, las cementeras, cerámicas, empresas de alimentos, de vidrio, que son los principales consumidores industriales que tenemos, la pequeña industria también, pero los que mueven la aguja del volumen son las generadora e industrias grandes.
Nuevas concesiones
¿Ven nuevas oportunidades de negocio más allá de la actual concesión?
Todavía estamos mirando Lima y queremos terminar, pero estamos dispuestos a ayudar al Gobierno a materializar que se realice la distribución en ciertas zonas donde se tiene algún avance. Hicimos estudios de toda la zona de Siete Regiones (Ucayali, Ayacucho, Cusco, Puno, Junín, Huancavelica y Abancay) que fracasó, pues el modelo que estaba implementando el Gobierno era complejo para la demanda de gas que se tiene en esas regiones. Lo que ha hecho el Gobierno es separar por cada región y hacer una evaluación de cada una para ver cómo se puede materializar el consumo de gas natural.
¿Cuál sería su propuesta en las Siete Regiones?
Tenemos estudiadas las zonas y vamos a presentar esto al Gobierno. Para dar viabilidad al gas en esas regiones se necesita que el Gobierno invierta en las redes para que eso no entre en componente tarifario y así se puedan lograr tarifas competitivas. Si no invierte el Gobierno, las tarifas no serían competitivas: un balón GLP sería más barato que llevarle el gas por tubería a los usuarios.
En ese ámbito ya vemos a Limagas en Cusco, que ha avanzado bastante, y nosotros hemos estado con ellos y con Pluspetrol. El Gobierno Regional del Cusco quiere ayudar a que eso se materialice. Está dispuesto a poner los fondos para construir las redes. En Ayacucho, la ciudad ya tiene ducto de transporte y no se necesita hacer un ducto virtual (con cisternas). Pero se podría empezar con Huamanga haciendo redes de distribución de gas natural y el Estado debería construirlas igual, puesto que la demanda es muy pequeña. Esas dos van a ser las primeras ciudades que puedan tener gas si el Estado invierte en las redes.
¿El distribuidor se encargaría del transporte virtual y la acometida a las casas?
Tanto la construcción de redes externas como las conexiones internas domiciliarias deberían ser pagadas en base a un subsidio para que eso se pueda materializar en Cusco y Ayacucho. Después ¿quién hace la operación, mantenimiento y comercialización? Sería el Estado mismo con sus distribuidores o un privado. En caso de Cusco, el interesado es Limagas, ahí sí es con ducto virtual. En Ayacucho no, pero se tiene menos demanda.
¿Qué tan menor es la demanda?
En Lima hay 700 millones de pies cúbicos de demanda (500 millones de la generación termoeléctrica y 200 millones de la industria, vehículos y residencial). En Ayacucho se estima que hay un millón y en Cusco tres millones. No podrían pagar con eso las inversiones en redes de distribución. Es una de las cosas que tiene que estudiar el Estado. Invertir en las redes si se quiere llevar el gas a las casas y vehículos. En Cusco y Ayacucho no hay generadoras a gas natural, hay restricciones técnicas por temas de eficiencia. Esas regiones viven del comercio, agricultura y del turismo, con lo cual no tienen gran demanda de energía.
¿Cálidda se presentaría a una eventual licitación?
Tendríamos que evaluar las condiciones, pero ahora tenemos bastante por hacer para terminar nuestro trabajo en Lima.