A medida que la demanda de artículos de lujo y productos de belleza disminuye en algunas regiones, también lo hace la fortuna del grupo de las personas más ricas del mundo.
La caída desbancó a Bernard Arnault, de 75 años —fundador del conglomerado de bolsos y champán LVMH— de su puesto número uno en el Índice de multimillonarios de Bloomberg. Y en una nueva señal de tiempos más frugales, la heredera del gigante de la cosmética L’Oreal SA, Françoise Bettencourt Meyers, perdió brevemente su corona a principios de este mes como la mujer más rica del mundo frente a Alice Walton, miembro de la familia fundadora del minorista estadounidense Walmart Inc.
La magnitud de la caída del mercado se hizo evidente esta semana cuando la temporada de resultados comenzó con la crisis del fabricante británico de gabardinas de lujo Burberry Group Plc y la caída de ventas de Swatch Group AG. L’Oréal, LVMH y otros pesos pesados de la industria respaldados por multimillonarios presentarán sus informes a finales de este mes.
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En general, las fortunas de media docena de ultrarricos que derivan su riqueza de productos de lujo han caído un 5% este año, o unos US$ 24,000 millones hasta el cierre del martes, según el índice. Eso contrasta con un aumento del 13%, o US$ 1 billón, para el resto de la clasificación de 500 personas. La última vez que la diferencia entre ambos grupos fue tan grande fue en mayo de 2022.
El descenso enmascara las disparidades que han surgido en todo el sector dependiendo de factores como la popularidad y la exclusividad de la marca. Los perdedores hasta ahora son Bettencourt Meyers, Arnault y su antiguo rival Francois Pinault, de 87 años, fundador de Kering SA, propietaria de Gucci.
Las empresas francesas que controla el trío también se han visto afectadas por la desconfianza que han mostrado los inversionistas hacia su país de origen después de que el presidente Emmanuel Macron convocara a unas elecciones anticipadas que resultaron en un parlamento sin mayoría absoluta y sin Gobierno.
Perspectiva pesimista
En el último año, el patrimonio de Arnault ha caído US$ 7,400 millones —hasta los US$ 200,100 millones— y está ahora por detrás de la fortuna del director ejecutivo de Tesla Inc, Elon Musk, y de la del fundador de Amazon.com Inc., Jeff Bezos.
LVMH, la firma que construyó durante más de tres décadas hasta convertirla en un gigante de 75 marcas que incluye la casa de alta costura Christian Dior, el joyero Tiffany & Co. y Hennessy Cognac, reportó un crecimiento de ventas notablemente más lento en el caso de la moda y los artículos de cuero en el primer trimestre y una caída general en Asia, excluyendo Japón.
Las perspectivas pesimistas de L’Oréal para el mercado chino han pesado sobre la riqueza de Bettencourt Meyers, de 71 años, quien en diciembre se convirtió en la primera mujer con una fortuna de US$ 100,000 millones, solo para verla caer a alrededor de US$ 91,000 millones. Con marcas de alta gama como Aesop, Lancôme e Yves Saint Laurent, así como las más asequibles L’Oréal Paris, Garnier y Maybelline, la empresa en la que ella y su familia tienen una participación de casi el 35% está tratando de navegar la desaceleración en todas las regiones.
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La caída de la fortuna de Pinault ha sido la más notable: se ha reducido a la mitad en los últimos tres años, hasta los US$ 28,000 millones, debido a que los problemas en su imperio son más profundos que la desaceleración en China y la incertidumbre política francesa. Kering, que está dirigida por su hijo Francois-Henri Pinault, advirtió en abril que sus ganancias se desplomarían en la primera mitad del año a medida que la empresa intenta dar un giro a su marca más importante, Gucci.
Al mismo tiempo, hay multimillonarios del lujo que han logrado hacer crecer sus fortunas durante el período, incluidos los hermanos Wertheimer detrás de Chanel, ampliamente considerada como una de las marcas de lujo más exclusivas. La empresa de capital cerrado reportó crecimiento de dos dígitos el año pasado, aunque advirtió que el mercado se había vuelto más desafiante y la demanda de sus bolsos y trajes de tweed se había desacelerado en las Américas.
El multimillonario sudafricano Johann Rupert, de 74 años, que controla Richemont, propietaria de Cartier, también ha resultado ganador. La resistencia del empresario se puso de manifiesto el martes, cuando la compañía informó de un aumento de las ventas de las marcas de joyería, entre las que se incluyen Van Cleef & Arpels y Buccellati, lo que compensó una caída general del 27% en los ingresos de la región de la Gran China.
El alivio de los inversores hizo que las acciones repuntaran ligeramente, pero esto no se extendió a LVMH, L’Oréal o Kering, que terminaron el martes a la baja en las operaciones de París. El sector se sacudió el lunes por la advertencia que lanzaron los resultados de Burberry y su plan de sustituir a su director ejecutivo. Swatch Group AG también informó de una caída en las ventas y beneficios en medio de una desaceleración impulsada por China para los relojeros suizos y otras empresas de lujo.
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