(Foto: Difusión)
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Fundador del conglomerado , Kim Woo-Choong simbolizó el rápido y turbulento crecimiento deantes de que su imperio se desmoronase. Su muerte a los 82 años pone fin a un capítulo notable del desarrollo sudcoreano.

Kim falleció de neumonía el lunes por la noche en un hospital de Suwon, al sur de Seúl, con su familia a su lado, según el Instituto Daewoosky de la capital sudcoreana, una organización que agrupa a exejecutivos y exempleados de Daewoo. Kim era presidente honorario del instituto.

Nacido en 1936, cuando la península coreana estaba gobernada por Japón, Kim se inició como vendedor en el ramo textil y fundó Daewoo Corp. en 1967. La empresa llegó a ser el segundo conglomerado económico más grande de Corea del Sur y producía desde ropas hasta autos, barcos, televisores, refrigeradores y otros artículos electrónicos.

Considerado un “mito” por la prensa sudcoreana, el éxito de Kim simbolizó el explosivo crecimiento económico impulsado por el gobierno autoritario de Park Chung-hee, quien apoyó a un selecto grupo de conglomerados como Daewoo, a los que concedió préstamos ventajosos y beneficios impositivos durante su gobierno (1961 a 1979).

Estos conglomerados, o “chaebols”, ayudaron a Corea del Sur a resurgir de sus cenizas después de la guerra coreana de 1950-1953, pero su excesiva influencia y su corrupción de funcionarios del gobierno pueden haber socavado el desarrollo económico a largo plazo.

Fanático del trabajo, según él mismo, Kim fue un modelo para los jóvenes sudcoreanos que soñaban con hacerse ricos. Cuando publicó una colección de ensayos titulada “Es un mundo grande y hay mucho que hacer” en 1989, vendió más de un millón de ejemplares en seis meses.

Su estrategia expansiva a fuerza de créditos generó problemas cuando se produjo la crisis económica de Asia en 1997-1998 y los bancos restringieron los préstamos. El gobierno sudcoreano tuvo que aceptar un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) de US$ 58,000 millones.

En 1999 Daewoo se vino abajo y sus filiales tuvieron que acogerse a un programa de pago de la deuda. Fue la bancarrota más grande en la historia del país. Partes de Daewoo fueron vendidas y adquirió un importante paquete accionario en Daewoo Motor, creando GM Daewoo en el 2002.

Poco antes de su derrumbe, Daewoo tenía 41 empresas en el país y 600 filiales y subsidiarias en el exterior, que empleaban en total 350,000 personas, de acuerdo con el Instituto Daewoosky.

En medio de la crisis, Kim se fue del país y vivió escondido por años para evitar tener que hacer frente a denuncias de fraude.

Regresó a Corea del Sur en el 2005, tras vivir seis años afuera, mayormente en Francia.

Fue condenado a 10 años de prisión en el 2006, tras ser hallado culpable de una serie de delitos, incluido un fraude contable por valor de US$ 16,700 millones. Su sentencia fue reducida a ocho años y medio por un tribunal superior, pero en el 2007 recibió un perdón presidencial.

Separadamente fue condenado a la cárcel por quedarse con dinero de sus empresas. La condena, no obstante, quedó en suspenso y nuevamente evitó ir detrás de las rejas.

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