Grupos chinos están explorando la posibilidad de participar en un proyecto de fundición de cobre en Chile, lo que para algunos es un intento por asegurar el suministro de un metal clave para la transición energética.
Funcionarios de la empresa estatal Enami y del Gobierno de Chile se reunieron el mes pasado con autoridades y representantes empresariales en China para discutir un proyecto de US$ 1,400 millones para modernizar la fundición de Enami, dijo el nuevo director ejecutivo, Iván Mlynarz, en una entrevista realizada en su oficina de Santiago.
Aún no se ha determinado el modelo de financiación de un plan para duplicar con creces la capacidad de la fundición mediante el uso de nuevas tecnologías y mucho más limpias. Pero en las primeras etapas de las conversaciones, hay un gran interés tanto por parte de los constructores chinos como de los grupos que buscan asegurar el metal utilizado en todo, desde la construcción hasta la energía renovable y los vehículos eléctricos, afirmó Mlynarz.
“Con respecto a este proyecto, tenemos 16 MOU firmados donde estamos conversando diferentes niveles entre constructores, financistas y empresas interesadas en esta relación”, dijo Mlynarz.
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El Gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric ha impulsado el proyecto para ayudar a reducir la dependencia del país ―el mayor productor de cobre del mundo― en el procesamiento en el extranjero.
Más de la mitad de la producción de Chile se envía en forma de concentrados, y la última fundición se construyó en 1990. Una mayor infraestructura local de fundición reduciría el desperdicio involucrado en la exportación de concentrados y mejoraría la trazabilidad, afirmó Mlynarz.
Los planes coinciden con un debilitamiento del mercado mundial de fundición. Las tarifas de procesamiento han caído en medio de interrupciones en minas y capacidad excedente en las plantas. Durante el Gobierno anterior se consideró que no tenía mucho sentido respaldar importantes inversiones en fundiciones desde los centros de demanda de Asia, Europa y Estados Unidos.
Enami considera que seguir adelante tiene suficientes ventajas. Espera tener listo un estudio de viabilidad revisado en agosto antes de decidir sobre un modelo de financiación, que podría incluir bonos emitidos por la empresa o el Gobierno. Una opción que es menos probable, pero aún posible, es la formación de empresas conjuntas, afirmó Mlynarz.
El plan es estar en condiciones para comenzar un programa de construcción de 33 meses en el primer semestre de 2025. En la planta Hernán Videla Lira, la compañía tiene la intención de saltarse el mantenimiento el próximo año y detener las operaciones a principios de 2025.
En el intervalo entre el cierre de la antigua fundición y la apertura de las instalaciones mejoradas, Enami comercializaría el concentrado de cobre, que proviene de pequeños mineros, a otras fundiciones u operadores, explicó Mlynarz.
La fundición ampliada también podría procesar algo de cobre de minas cercanas operadas por Lundin Mining Corp., que ha dicho que estaría interesada siempre que sea competitivo y limpio, agregó.
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