De su ingreso a Pacasmayo y al Grupo Hochschild han pasado cerca de 20 años. En estas casi dos décadas, Humberto Nadal ha estado en los momentos más satisfactorios de la cementera, pero también en las situaciones más complejas, vividas recientemente en la pandemia del covid-19. De esas vivencias dentro y fuera de la empresa, el ejecutivo nos cuenta en esta entrevista, descartando que esta industria sea dura o, mucho menos, “aburrida”.
¿Cómo llegó a Pacasmayo?
Entré al grupo Hochschild el 2006 cuando la división minera, que es Hochschild Mining, y Pacasmayo, era todo junto. Entro al grupo para ver nuevos negocios y cuando la empresa minera el 2007 se lista en Londres, tenía que separase Pacasmayo. En ese momento, había que operar y se dio la oportunidad de ser gerente de desarrollo corporativo de Pacasmayo.
Mi ex jefe me convenció de que el mundo del cemento es bastante menos aburrido del que creía. 20 años más tarde tengo que agradecer porque es un mundo muy bonito.
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¿No es entonces un rubro duro?
No, lo que la gente no entiende es que al final no vendemos cemento, sino la realización de un sueño. El proyecto de un auto constructor en 10 o 15 años, es la historia de su vida. Da un sentido de propósito especial que solo entiendes si trabajas en una empresa como la nuestra.
¿Este rubro lo ha sorprendido?
Sí, el Pacasmayo de hoy no es el de 10 a 15 años. Ahora hablo de transformación digital, tenemos un laboratorio de innovación con 30 personas, hablo de soluciones constructivas, un cambio de visión. Hoy atraemos talento distinto. Estamos llevando la empresa por caminos distintos, nunca fue aburrido, la diferencia es que ahora es mucho más entretenido.
¿Estudió alguna profesión industrial?
Soy economista de la Pacifico, hice un MBA en Georgetown, aunque me gusta pensar que soy futbolista de corazón, pero en realidad soy economista.
¿Qué lo llevó al sector cementero?
Fueron circunstancias, pero el liderazgo de mi jefe previo fue muy importante. El 90 % de lo que sé de cemento me lo enseño él.
¿El sector cementero le ha dejado lecciones?
Muchísimas. La pandemia fue, sin lugar a dudas, la época más dura que me toco dirigir en la compañía y me enseño muchísimo de la importancia de la empatía y en enfocarme en lo que realmente es importante: el ser humano, la vida, la familia, las personas. Experiencias bonitas fueron cuando listamos la empresa en Nueva York, el 2012, cuando construimos la planta en Piura en 2016, pero creo que el ser humano aprende mucho más de los malos momentos.
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Un ejecutivo deportista y viajero
Comentó que le gusta el futbol, ¿lo practica?
Soy un futbolista frustrado, quería ser futbolista, no me funcionó y acabé de CEO. Éste es mi plan B, no mi plan A. Lo he practicado toda mi vida hasta hace tres o cuatro años que lo deje, por la edad me lesionaba mucho, pero hoy juego tenis, hago yoga, corro. El deporte en sí pase lo que pase, lo hago una hora u hora y media, todos los días. He jugado vóley, squash; pero como el futbol, no existe otro deporte tan extraordinario. Al final del día, mi abuela me enseñó que uno decide y la vida dispone, de acuerdo con las coyunturas que se dé.
En la actualidad, ¿qué deporte practica más?
Hoy lo que más practico es tenis.
¿Viaja mucho por el trabajo?
A mí me encanta viajar, me fascina, probablemente conozco 90 o 100 países, he tenido la suerte toda mi vida de viajar mucho, y lo compatibilizo con la familia. Normalmente, por más viaje que tenga, los fines de semana siempre estoy en mi casa. Me critican, pero si tengo un viaje a Nueva York, puedo ir por ocho horas y me regreso.
En el exterior, ¿algún país lo ha cautivado?
Hay muchos países muy lindos. Escocia es un país que a mí personalmente me fascinó, es uno de los países más lindos del mundo; y Sudáfrica, porque me dio la oportunidad, las veces que he estado con mis hijos, de estar en estos safaris, donde realmente ubicas al ser humano en lo que es. Al costado de un león, jirafa, hipopótamo, relativizas el mundo moderno, y entiendes mucho más lo que es la especie humana.
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¿Qué le gustó más de Escocia?
Escocia es un país que visualmente uno no se cansaría de ver, y no discuto de Suiza, Francia, todos son lindos, pero Escocia es un país que personalmente me deslumbró.
¿Y en Perú, qué ciudad le gusta más?
El cusco, uno siempre tiene que ir al Cusco. Normalmente, cuando vas a visitar un sitio, llegas a la ciudad y después vas al sitio, pero en Cusco al llegar ya estás, no tienes que ir ningún sitio, el Cusco se siente. Me encanta el norte, Máncora, voy con muchísima frecuencia; Trujillo, me gusta Piura, Arequipa es muy bonito, mis padres son de Arequipa, yo nací en Puno; la selva tiene una gente con un cariño muy grande.
Perú es un país muy bonito y siempre he dicho que hay que quererlo, pero si lo conoces es más fácil quererlo. Tuve la oportunidad de estar en la naciente del río Amazonas, donde se juntan los ríos y ves la grandeza de nuestro país.
Más allá de la industria cementera
Si ni hubiera sido el sector cementero, ¿qué otra actividad le atraía?
Como profesión, me hubiera gustado ser arquitecto. Almorcé (recientemente) con el ceo de Latam, un buen amigo, y le decía también que no sé por qué me fascina o atrae el mundo de las aerolíneas, del cual no conozco nada además de pasar gran parte de mi vida en un avión. Es un mundo que sí me atrae.
¿Se ha puesto a pensar en alguna actividad para el momento que llegue el retiro?
Esta es la mejor empresa para trabajar, y para el día que yo me retire, que es bastante más cerca de lo que la gente creería, hay una sucesión planificada, bien organizada. Me gustaría seguir activo, pero en cosas que trasciendan más que mi sola capacidad profesional. Y sí me veo haciendo algo a través del futbol.
¿Qué le gustaría hacer en el fútbol?
Me encantaría irme a España. Un año estudio, me gradúo de entrenador y regresar acá no a ganar plata, sino a intentar buscar un equipo, comenzar a entrenar, algo por ahí, que tenga un impacto. El deporte toca muchísimas vidas y un deporte que tiene millones de seguidores aún más. Me gustaría estar en directorios, de hecho, ahora soy vicepresidente de Ferreycorp, son actividades interesantes, pero al final me gustaría hacer algo que trascienda más que solo el mundo corporativo.
Realmente los peruanos debemos empezar a ser auténticamente más optimistas. Yo le puedo poner todas las ganas del mundo a algún proyecto y el resultado depende de eso y un montón de factores, pero la actitud es decisión mía, hasta en el peor escenario del mundo pongamos actitud.
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Bachiller en Comunicación Social (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Trabajé en radio y prensa escrita y, desde el 2013, soy redactor de la sección de Negocios del Diario Gestión.