Edificios arrendados para coworking adoptan esquema de renta mixta

“Prepandemia la mayoría de contratos de los coworking con los dueños de los edificios, eran los usuales, con una tarifa por m2 acorde a la ubicación. Ahora, ese modelo de renta no les favorece porque sus ingresos y ocupación está muy golpeados” explica Max Medina, jefe de Investigación de Binswanger.

Por ello, adoptan la renta mixta, que se compone de un porcentaje de precio fijo menor, y el resto será un variable, en función de los ingresos que el coworking genera.

“Con ello el coworking deja de ser un inquilino tradicional y pasa a ser un socio de los propietarios, que comparte tanto ingresos como riesgos”, agrega el ejecutivo.

Asimismo, en algunos casos se ha llegado a acuerdos en que la renta variable que pague el coworking será solo en función de la ocupación.

“Incluso hay acuerdos con los propietarios en que la renta 100% es variable. En estos casos, el profit sharing (reparto de utilidades) para el propietario se ubica entre 50% y 70%. A medida que se considera renta fija, menor es el porcentaje de profit sharing”, agregó Medina.

Sin embargo, no todos los propietarios de terrenos están dispuestos a acuerdos de este tipo. Esto genera que se dé una devolución de sedes.

Cabe precisar que en este año, la renta de los coworking al cliente final se ha tenido que reducir en un 28% .

Perspectivas

Y la expectativa para 2022 es que la demanda por estos espacios compartidos se incremente y el foco principal será en los clientes corporativos.

¿Nuevos proyectos? Medina sostiene que en el corto plaz, el interés de los operadores es alcanzar una mayor

ocupación en sus sedes operativas motivada por los contratos más cortos. Así, los planes de expansión se ponen en stand by, al menos en el primer periodo de 2022.