
El último mes, Digesa advirtió a los consumidores sobre los riesgos para la salud que implica la ingesta de productos elaborados con tartrazina —colorante amarillo N° 5— y recomendó descontinuar su uso. Ello, obligó a las empresas a pensar en nuevas propuestas.
Sin embargo, ante este nuevo escenario, las marcas peruanas de snacks saludables tienen una oportunidad.
Alfonso Zuñiga, CEO de Dyfferent, contó a Gestión que la marca nació meses antes de que estallara la pandemia del Covid-19, en un contexto donde el debate por los octógonos copaba la agenda política. Así, la consigna fue introducir aperitivos 100% naturales sin la necesidad de emplear gluten, organismos genéticamente modificados (GMO) o azúcar refinada.
Hoy su catálogo se compone de chocolates, brownies, barras energéticas, cereales, granolas, snacks y galletas.
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“A pesar de ser una marca relativamente nueva tuvimos acogida en los principales retailers sin que hayamos tenido ventas cuantiosas en el primer año. Hemos crecido más de 20 veces desde el primer año en que lanzamos la marca (2019) y aproximadamente cada año solemos crecer entre un 50% o 70%”, indica a este diario.

Zuñiga resalta que el 30% de la demanda de Dyfferent se compone por los productos salados y el 70%, de dulces, motivo por el cual alistan un push para la rama de snacks salados.
“Vemos un gran potencial en nuestros snacks salados, como sticks, nachos y crunch, así como en nuestras opciones dulces, especialmente las barras proteicas y las barras de maní”, acota.
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“Básicamente queremos reemplazar al chizito industrial con un crunch elaborado con garbanzo y sin ningún colorante o saborizante artificial. Alistamos tres o cuatro productos que complementarán a estos snacks salados, como nachos para competir con los Doritos y versiones de papas o camotes sin necesidad de que sean fritas”, añade.
El nicho de demanda se concentra en el casco urbano —precisa Zuñiga—, particularmente en “6 o 7 distritos”, y para lo que queda de este año, prevén “que en los distritos periféricos siga creciendo”.
Así, la mayor concentración de consumo se encuentra en distritos como Miraflores, Surco, San Isidro, La Molina y San Miguel.
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Para dicho fin, Dyfferent apuesta por precios que “no suelen estar muy alejados de los productos tradicionales del consumo masivo”, con productos desde S/ 5,00.
“El foco de la empresa es el snack dulce, en la categoría de barras energéticas. Ya estamos en todos los autoservicios y tiendas de supermercados peruanos. Este año queremos lograr más permeabilidad en las bodegas de barrio y expandirnos, así como fuera de Lima”, reflexiona.
De cara a su expansión más allá del retail, proyectan que la presencia en bodegas represente aproximadamente el 50% de sus ingresos, convirtiéndose en un pilar clave para la consolidación de la marca.
En tanto, en provincias sus ventas ya representan el 19% de los ingresos, a lo que se suma un 16% proveniente del canal verde y un 21% de las ventas en autoservicios.
En paralelo, reconocen que siguen evaluando y desarrollando oportunidades en mercados internacionales.

Periodista con más de 5 años de experiencia en la cobertura de coyuntura económica e informes especiales en prensa escrita y digital.








