Un total de 10,617 empresas cerraron en el país entre enero y marzo de este año, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). La mayoría de negocios que cerraron entre enero y marzo se ubicaban en Lima y en menor medida en La Libertad, Arequipa, Piura y La Libertad.
Del total de empresas dadas a la baja, la tercera parte se dedicaba a la venta de productos minoristas, es decir, eran bodegas, ferreterías o tiendas de ropa, tecnología u otro tipo de artículos.
Entre los motivos más comunes que llevan a los negocios a la quiebra están la mala gestión de las finanzas, la falta de liquidez, el incumplimiento de las deudas y otros factores externos, como protestas o fenómenos climatológicos.
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En ese marco, Ricardo de la Piedra, socio senior del área Corporativa/M&A del Estudio Muñiz, indicó a Gestión que hay dos formas en las que una empresa puede salir ordenadamente del mercado.
Dos formas de salir del mercado
El primer escenario es cuándo el dueño decide voluntariamente, a través de su junta de accionistas, liquidar la empresa.
“Los accionistas ven que el negocio ya no es viable y deciden tomar el acuerdo de liquidarte. Esto quiere decir que hacen el anuncio y solicitan el apoyo de un liquidador, el cual se encarga de revisar los activos de la empresa para pagar la deuda y si queda algún remanente se reparte a los socios”, explicó el abogado.
Esta es la forma más usual de salida del mercado, los asociados ven que el negocio ya no es viable y liquidan todo.
El segundo camino es acudir a un concurso de acreedores ante el Indecopi. Ingresan a esta convocatoria aquellas empresas que tienen deudas superiores a determinados montos.
“Indecopi convoca a los acreedores y en base a ello se forma una junta de acreedores, la cual decide el destino del deudor: si sigue operando o si liquidan la empresa. Allí termina el concurso”, añadió.
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Tres activos clave que se deben proteger
Jorge Guillén, profesor asociado de ESAN, indicó que al estar la empresa en una mala situación financiera (en quiebra), los bancos pueden proceder a embargar los activos. En esta etapa, los accionistas deben priorizar salvaguardar los de mayor valor.
En ese sentido, consideró que los activos intangibles (propiedad intelectual) y los inmuebles son los que se deberían proteger, ya que mantienen su valor.
“Lo más valioso son los intangibles, como marca y patentes, ya que los físicos se deterioran. Estos no tienen tanto valor y hasta se pueden devaluar. El intangible no tanto, por lo cual se debe priorizar en la venta rápida, por sobre maquinarias”, sostuvo a Gestión.
“El inmueble también lo pondría entre los primeros a priorizar, ya que si son propios estos no se deprecian como las maquinarias u otros equipos”, agregó.
Por su parte, Ricardo de la Piedra señaló que los activos a proteger van a depender de la línea del negocio. No obstante, destacó que se debe priorizar el activo productivo, es decir, el que genera el mayor flujo de caja a la empresa. Existen tres casos.
En el caso de empresas de alimentos y venta de otros productos, muchas veces el valor de marca es lo más importante. “Es decir, que si te ejecutan la maquinaria, el negocio puede trabajar tranquilamente con otros equipos industriales, pero lo que vende es la propiedad intelectual o el lema comercial”.
Entonces, al momento de proteger activos evidentemente tendrías que ir por la propiedad intelectual. Cabe mencionar, que hay muchos acreedores que se preocupan por gravar lo tangible solamente (maquinarias, inmuebles, etc).
Gravar significa poner en garantía un activo. Por ejemplo, cuando se compra una casa financiada, la persona da una hipoteca sobre tu inmueble y si no paga a tiempo el banco tiene derecho embargar la propiedad.
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Muchas veces los acreedores no reconocen el valor de la propiedad intelectual, por lo cual no está gravada, afirmó el abogado.
“Este tipo de empresas deberían prevalecer por el uso de la propiedad intelectual, porque la maquinaria no es un bien tan necesario para sobrevivir. Te aseguras de quedarte con la marca a través de una transferencia previa o una reorganización societaria previa a la quiebra”, expresó a Gestión.
“Si ya rescataste la propiedad intelectual, con eso puedes relanzar la empresa más adelante y los acreedores solo se van a poder cobrar del patrimonio que quede en la empresa. No van a poder perseguir esa propiedad intelectual”, añadió.
Otro escenario es cuándo el producto o servicio que ofrece la empresa es anónimo de marca, por ejemplo, un proveedor de bienes intercambiables. En este caso, lo que se va a tratar de cuidar es la mayor cantidad de maquinaria que se pueda y no va a interesar tanto la propiedad intelectual.
Incluso, los accionistas pueden optar por cuidar los inmuebles en caso se considere que el concepto de ubicación es clave para el negocio. “Entonces, puedes priorizar salvaguardar la propiedad y que se lleven todo, pero no perder el inmueble”.
El tercer escenario es cuándo se prioriza el capital humano y conocimiento, por ejemplo, en un call center, en dónde se brinda el servicio para otra empresa en muchos casos, por lo cual la marca como tal no tiene valor.
Las herramientas o equipos tampoco, ya que, no representan una gran inversión y probablemente se pueda comprar nuevamente.
“Probablemente allí lo que priorices sea el capital humano. Si bien los acreedores no pueden embargar a los trabajadores y quedárselos. Si tu sabes que vas a quebrar y consideras que tienes talentos importantes, los puedes jalar a tu nueva empresa”, refirió de la Piedra.
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A tomar en cuenta
El abogado detalló algunos aspectos a tomar en cuenta al momento de liquidar una empresa. Por ejemplo, si se ha invertido todo el capital en una empresa del sector minero, ya sea en maquinas o equipos, y el negocio no está yendo bien, lo que se debe hacer es salvaguardar los activos productivos.
“Es complejo, porque si no estás generando lo que tienes que generar ya posiblemente los activos estén comprometidos con el giro del negocio. Esto es bien importante, ya que cuando llegas al concurso el accionista pierde el control de la empresa, los acreedores son los que deciden el futuro de la empresa”, detalló a Gestión.
En este escenario, es muy probable que los activos del negocio ya estén en garantía de un acreedor por medio de un contrato, el cual puede establecer limitaciones al querer transferirlos. Te pueden prohibir el cambio de control por medio del banco.
Partiendo de ahí, el experto resalta la importancia de tener una administración que sepa de movimiento de mercado y contar con asesores que ayuden a prevenir la crisis. “Por que cuando llegas a la situación de quiebra, salvaguardar los activos va a ser muy difícil”.
“Muchas veces los bancos, instituciones financieras y acreedores tienden a ser mucho mas complacientes con una empresa bien administrada, que cumple normas de gobierno corporativo, que tiene gerencia diferenciada, con estados financieros auditados, entre otros. De esta manera, es mucho mas viable que los acreedores tengan de la posibilidad de llegar a acuerdos de financiación de deuda, por que la empresa puede generar confianza”, finalizó de la Piedra.
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