Donde las empresas calificadoras de crédito ven problemas, algunos inversionistas ven una posible apuesta: Falabella SA.
La semana pasada, pocos días después de que la gigante minorista chilena revelara planes para reducir su carga de deuda, Fitch Ratings y S&P Global Ratings le bajaron la calificación crediticia a nivel especulativo o “basura”. Sus bonos en dólares al 2032 cayeron 2.53 centavos a 70.59 centavos por dólar en la semana.
Pero ahora, con las notas cerca de mínimos históricos, algunos están adoptando una visión más benévola, a pesar de las pérdidas acumuladas por la empresa por sus fuertes inversiones para competir en comercio electrónico y el débil gasto de los consumidores. Su plan de vender hasta US$ 1,000 millones en activos puede que no haya impresionado a las calificadoras, pero sí a algunos tenedores de bonos.
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“A largo plazo, es una gran historia”, dijo Elizabeth Bakarich, gerente de cartera de deuda corporativa de mercados emergentes en AllianceBernstein. Dijo que no hay muchas opciones de bonos corporativos de alto rendimiento de Chile, y “con estos spreads, estamos interesados”.
Bakarich tiene bonos de Falabella al 2027 en su cartera de mercados emergentes.
“El compromiso de Falabella es fortalecer la situación financiera de la compañía en el menor tiempo posible”, dijo Falabella en respuesta a preguntas enviadas por correo electrónico. “Esperamos que nuestras gestiones para eficientar la operación, sumadas a una normalización del entorno macro y la monetización de activos, nos permitan recuperar el grado de inversión cuanto antes”.
Las métricas de deuda de Falabella han empeorado desde 2021. La relación deuda total a Ebitda alcanzó 7.32 veces a setiembre, en comparación con 3.8 y 5.97 de su rival Cencosud SA y del operador de centros comerciales Parque Arauco SA, respectivamente.
Sin embargo, las ventas de activos, comenzando con una participación del 66,6% en el operador de centros comerciales Mall Plaza Perú, deberían aliviar esa carga de deuda el próximo año. Falabella está en conversaciones para vender la unidad a otra de sus filiales, Mall Plaza.
“Con tasas a 10 años en casi el 8% para Falabella, lo considero un buen nivel para entrar”, dijo Nicolás Morandé, socio de la firma de asesoría patrimonial Damon Capital.
Aún así, el repunte en sus bonos podría no ser inmediato. La baja a nivel especulativo significa que los fondos que sólo pueden tener bonos de grado de inversión ahora tendrán que vender. Al mismo tiempo, tanto Fitch como S&P mantuvieron la perspectiva de la empresa en negativa, lo que indica que son posibles más recortes.
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Los bonos habían descontado la rebaja, pero no la perspectiva negativa, dijo Josefina Valdivia, gerente de renta fija de Credicorp Capital.
De todos modos, la presión por la venta forzosa podría ser limitada, ya que afectaría solo al 8.8% y al 7.6% del monto en circulación de los bonos a 2027 y 2032, respectivamente, escribió la analista de JPMorgan Eugenia Cavalheiro en una nota en setiembre. JPMorgan dijo la semana pasada que no había ningún nuevo análisis disponible sobre la exposición a estos fondos.
Bakarich dice que los inversores no creen que la empresa tenga un problema de liquidez y no necesita recaudar capital fresco. Sin embargo, su talón de Aquiles ha sido la comunicación.
“La compañía tiene planes de desapalancamiento, pero no detallaban suficientemente cuales activos se venderían, cuál era el cronograma y cuáles eran los objetivos de apalancamiento en el corto plazo”, dijo Bakarich. “Definitivamente podrían haber hecho más para informar al mercado en general”.
Valdivia, de Credicorp, dice que Falabella también necesita realizar cambios más estructurales y estratégicos, como reducir el gasto de capital. Y si Mall Plaza tiene que emitir deuda para financiar la compra de Mall Plaza Perú, no ayudará a desapalancar a Falabella, ya que ésta tiene una participación mayoritaria, afirmó.
Si los negocios continúan deteriorándose, podría haber otra rebaja y recuperar su grado de inversión tomaría mucho tiempo, afirmó Valdivia. La meta de Falabella debería ser obtener una perspectiva “positiva” en los próximos seis a 12 meses.
La incertidumbre sobre quién sucederá a Gastón Bottazzini como gerente general también podría pesar sobre los bonos. Bottazzini renunció a su cargo en setiembre.
La nueva dirección tiene que “dar confianza”, afirmó Bakarich. “Un nuevo CEO debe inspirar eso”.
Al mismo tiempo, los inversores deben comprender que la empresa es cíclica y tener paciencia para ver los resultados de las reducciones de costos, afirmó.
“Creemos que su voluntad de volver al grado de inversión es alta”, dijo Bakarich. “Creemos que su plan es creíble y creemos que tienen la capacidad de ejecutarlo”.
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