El Hospital Víctor Larco Herrera lleva el nombre del benefactor que entregó el nosocomio, especializado en salud mental, hace varias décadas a la Beneficencia de Lima. Sin embargo, en 1968 pasó a ser administrado por el Ministerio de Salud (Minsa), según acuerdo, por 30 años. Y pese a que muchas veces la Beneficencia buscó recuperar el predio, no se ha logrado.
A esto se suma una deuda acumulada por 30 años, como concepto de pago por el uso del bien, cifra que asciende a S/ 850 millones.
Mientras, desde el Congreso buscan dar una salida a esta situación con un proyecto.
La bancada Perú Democrático presentó –a mediados de mayo último– el proyecto de ley “que declara de utilidad y necesidad pública el terreno donde se encuentra el Hospital Larco Herrera y su transferencia a favor del Minsa”.
En los últimos días, el proyecto ya pasó a la Comisión de Salud y Población para su debate. ¿Es esto posible?
Posición
Para Guillermo Ackermann, past president de la Beneficencia de Lima, quien durante los tres años del cargo impulsó la devolución de los predios, “una ley de ese tipo es imposible”.
“No hay fundamento legal, tendría que expropiarse, y de hacerlo pagar una enorme cantidad, sin contar la deuda pendiente. Sería un problema para el Estado”, indica.
Ackermann sostiene que hay dos procesos contra el Minsa, uno por la deuda. “Ese convenio ya prescribió, no solo hay morosidad sino que el ministerio es precario del Hospital Larco Herrera cuya propiedad es privada y en apoyo de los pobres”, detalla.
En tanto, el otro juicio es por el proceso de desalojo del hospital. “Cuando asumí la gestión en 2019 nos contactamos con los ministros que estuvieron al frente para buscar una solución, pero no hubo respuesta. Incluso me reuní con la directora del hospital, pero no hay una disposición para solucionar”, comentó.
A esto se suma que el hospital tiene una manda que indica que en el terreno de 22 hectáreas - de las cuales solo se emplea el 15% y el resto está en condiciones precarias - no se puede ejecutar ningún proyecto que no esté relacionado con la salud mental. “Hacerlo podría generar que los descendientes del benefactor reclamen el predio”, anota.
EN CORTO
Impulso. Guillermo Ackermann refiere que la idea con el Hospital Larco Herrea es tener un proyecto conceptual de una ciudad de salud mental, la más grande de América Latina. “Incluye no solo la parte hospitalaria, también clínica y ambulatoria. Hablamos con varias universidades para que las sedes de las facultades de psicología, psiquiatría y neurociencia se ubiquen ahí, además de un centro de convenciones y conferencias relacionadas al tema de salud mental”, dice.