Bloomberg.- Dieciséis equipos de investigadores en robótica están viajando a Japón esta semana para ayudar a Amazon.com Inc. a resolver su problema de almacenamiento.

La compañía tiene una flotilla de robots que circulan por sus instalaciones recolectando artículos para pedidos. Pero necesita humanos para el último paso: recoger artículos de distintas formas y luego empacarlos en las cajas correctas para su envío.

Es un clásico ejemplo de una actividad que es simple, casi insignificante para los humanos, pero todavía inalcanzable para los robots. Desde este jueves, la compañía lleva a cabo el Amazon Robotics Challenge, el tercer concurso anual para robots que superen esas limitaciones.

Los expertos en robótica, tanto académicos como comerciales, vienen poniendo mucha energía en resolver lo que se denomina a veces el desafío de "recoger", y Amazon está tratando de orientar esa energía hacia sus necesidades específicas.

En una parte del concurso, los equipos llenan una estantería con un surtido aleatorio de artículos que provee Amazon, una copa de espumante, un rollo de cinta adhesiva, tijeras, un libro para niños titulados "Robots, Robots Everywhere", y sus robots retiran los objetos específicos, empacándolos en cajas que representan supuestas órdenes de Amazon.

En otro, los robots enfrentan una maraña de artículos, y los apilan en estanterías parecidas a las de Amazon en los depósitos, recordando dónde iba cada uno. Hay en juego unos US$ 250,000 en premios, incluidos US$ 80,000 para el primero.

Amazon no obtiene nada de esto. No obstante, su propio equipo de robótica puede absorber potencialmente técnicas o incluso nuevos colegas, ha contratado gente que participó en concursos anteriores.

En líneas más generales, tener robots que puedan llevar a cabo por sí solos y en forma confiable las tareas del desafío serían un gran paso adelante hacia los depósitos totalmente autónomos, que en teoría podrían funcionar más rápido, en forma más barata y las 24 horas del día.

Esto plantea interrogantes incómodas respecto de las futuras perspectivas de los trabajadores de depósitos. En mayo, había 949,000 personas trabajando en el sector de depósito y almacenamiento en Estados Unidos, que ganaban un salario medio apenas por debajo de US$ 20 la hora, según la Oficina de Estadísticas del Trabajo.

El número de personas trabajando en depósitos creció 43% en la última década, y los salarios siguieron el ritmo de la inflación, pese a que tuvo lugar una primera ola de automatización.

Los optimistas sostienen que más automatización genera más crecimiento, creando mejores empleos en otras partes. Los pesimistas básicamente predicen que la inteligencia artificial traerá aparejado un apocalipsis económico.

Otro grupo de trabajadores con una mirada recelosa respecto del interés de Amazon en esta área es el de quienes trabajan en compañías de robótica más pequeñas.

Amazon representa un futuro cliente potencialmente lucrativo, teniendo en cuenta su amplia red de almacenes. Naturalmente, también es un competidor.

Las empresas emergentes se quejan en privado de que Amazon está usando el concurso para subcontratar desarrollo barato. En un mercado donde Google pagó a un solo ingeniero US$ 120 millones para desarrollar vehículos automáticos, US$ 250,000 por cualquier información usable sobre los robots automáticos en depósitos básicamente equivale a cero.

Dicen que trabajar, aunque sea indirectamente, por debajo de la tasa de mercado para una de las compañías de mayor valoración en el mundo es una locura.

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