La cuarentena general implementada para combatir el COVID-19 interrumpió los programas de vacunación dirigidos a prevenir otras enfermedades y ha creado una brecha que, considera Ángela Flores, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos (Alafarpe), podría ocasionar rebrotes.
Según comenta, a partir de las cifras del calendario nacional de vacunación del Ministerio de Salud (Minsa), solo se ha alcanzado el 10% de la meta para fiebre amarilla, el 22% de lo previsto para la poliomielitis, el 17% de la meta para influenza y el 20% para el caso de las infecciones por neumococo.
Con la interrupción de los programas de inmunización, la representante de Alafarpe considera que se está poniendo en riesgo a miles de niños, pero también a adultos mayores y pacientes inmunosuprimidos. "Existe riesgo de rebrote de estas enfermedades y el impacto podría ser mucho mayor si afecta a nuestras poblaciones vulnerables", indica.
Ángela Flores ejemplifica el riesgo con el caso de Pakistán, que en el 2012 registró un rebrote de poliomielitis el cual, según la OMS, habría sido evitado con un adecuado programa de vacunación. Agrega que, sin ir muy lejos, este año se han registrado rebrotes de sarampión en Brasil, Chile y México.
Ayer, a través de un comunicado conjunto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, advirtieron que a nivel global se registra una disminución alarmante de vacunación infantil en el mundo. "Esto se debe a interrupciones en la entrega y la utilización de los servicios de inmunización causados por la pandemia de COVID-19", señalaron las instituciones.
"El COVID-19 es un gran desafío, sin embargo, no podemos arriesgarnos a un rebrote de este tipo de enfermedades que afectan a la población más necesitada",indica Flores.
Mecanismos
Flores comenta que, dadas las condiciones de pandemia, se deben duplicar los esfuerzos y cuidados para vacunar a la mayor cantidad posible de personas.
"Necesitamos trabajar en conjunto para no interrumpir la vacunación sistemática. El Minsa, los gobiernos regionales y las autoridades locales, con el soporte de las empresas para el apoyo logístico, pueden hacer alianzas en beneficio de los pacientes", considera.
Ángela Flores considera que se debe continuar y reforzar el trabajo de las brigadas de vacunación brindándoles equipos de protección personal (EPP) y condiciones adecuadas para que su trabajo tenga el menor riesgo de contagio por COVID-19.
Sugiere también, como se hizo en Uruguay a través de alianzas público-privadas el uso de vacunatorios móviles. "Son transportes sanitizados e inocuos que pueden movilizarse hasta las zonas más alejadas en condiciones adecuadas de protección.
“Es fundamental tener las facilidades logísticas y quizá hacer el proceso más rápido a través de vacunas innovadoras que, en lugar de contar con tres o cuatro tipos diferentes, se aplican todas de una sola vez”, indica. Además, propone que se realicen acciones transversales, no solo a cargo del Minsa, sino con los demás ministerios con la finalidad de acotar las brechas.