Cultivos sofisticados demandan grandes inversiones y, a la vez, mayores riesgos que pueden controlarse con el uso de tecnología. (Foto: Space AG)
Cultivos sofisticados demandan grandes inversiones y, a la vez, mayores riesgos que pueden controlarse con el uso de tecnología. (Foto: Space AG)

Hace solo cinco años, un estudio de McKinsey & Company concluyó que la agricultura era la actividad menos digitalizada entre más de 20 evaluadas. Hasta antes de la pandemia, dicho sector, y sobre todo el agroexportador, ya había dado pasos importantes hacia su transformación tecnológica. Con el COVID-19, dicho proceso se acelerará aún más.