La empresa Agrícola y Ganadera Chavín de Huántar proyecta para este 2022 un crecimiento en 23% en la facturación de sus exportaciones, pasando de los US$ 17 millones con los que cerró el 2021 a US$ 21 millones para este año. ¿Las razones? la nueva capacidad que tendrá su planta de congelados, que estará lista para setiembre próximo, así como el trabajo articulado con sus cadenas productivas.
En plena crisis por el alza de los costos de los fertilizantes y los fletes navieros, la empresa agroindustrial que opera en Áncash, ha fortalecido su relación con los medianos y pequeños productores con los que trabaja (cadenas productivas), que hoy proveen el 95% de los insumos que procesa la empresa en su línea de congelados y deshidratados, indica Mario Salazar, presidente de la empresa familiar.
Si bien la compañía posee 500 hectáreas en el norte chico, solo cultiva en 150 hectáreas actualmente. En el área restante (350 hectáreas) todavía evalúa qué fruta u hortaliza podría ser la más rentable (hace algunos años dejaron de sembrar espárragos). Mientras tanto, su expansión se da a través de los productores con los que trabaja, quienes suman un total de 1,000 hectáreas ubicadas desde el norte chico hasta Piura.
Estrategia con sus socios
¿Cómo hacen frente a la crisis de los fertilizantes? “Son varios puntos los que hay que tener en cuenta”, comenta Salazar. Señala que algunos productos de agroexportación que están actualmente en plena campaña, como la palta Hass o fresas, han logrado fertilizarse a tiempo porque se cultivaron hace algunos meses. No obstante, el problema surgirá en las campañas que vienen a futuro, como la del mango, y que podría durar hasta finales del 2023.
“He podido ver que existe un cierto stock de urea y potasio en el mercado local pero el precio del saco ha saltado de S/ 90 a S/ 250, entonces, los agricultores, en general, están fertilizando solo a ciertos niveles, están reduciendo la aplicación y lógicamente eso impactará en la productividad. Lo que estamos haciendo para compensarlo es ajustar otros costos, como la mano de obra y costo sanitario. Estamos transfiriendo tecnología a los productores”, explicó.
Un ejemplo -detalla- es las fresas, cultivo al que la empresa está poniendo bastante empeño. Se ha recomendado sembrarlas en surcos más anchos y altos, y se han cubierto con plástico para evitar el crecimiento de mala hierba. “Así se reduce el gasto en insecticidas y se puede destinar a fertilizantes”.
“Son estrategias a nivel de campo que debemos ingeniar, porque transferir estos altos costos al precio de venta será un poco más difícil y hay que gestionarlo”, añadió el también vocero de la Asociación de Empresas Familiares (AEF).
¿Sus socios (productores) accederán al fertilizante que comprará el gobierno? Salazar anota que los productores con los que trabaja tienen entre cinco y 50 hectáreas, y algunos estarían asociándose para hacer adquisiciones al Estado. “El reto para el gobierno estará en cómo distribuir los fertilizantes de forma justa en todos los valles”, señaló.
En la mira: las fresas
Salazar adelantó que esta semana la empresa -que lleva ocho años emitiendo en el Mercado Alternativo de Valores (MAV)- saldrá con la emisión de papeles comerciales por US$ 500,000. El capital recaudado se utilizará para financiar capital de trabajo sobre todo en el cultivo de fresas.
En los últimos cinco años, Agrícola Chavín de Huántar pasó de trabajar con 150 hectáreas de fresas de las cadenas productivas a 300 hectáreas para el 2021. Este año proyectan llegar a las 500 hectáreas y, en dos años (al 2024), alcanzar las 800 hectáreas.
“Es un cultivo con un ciclo productivo que se renueva cada año y le da oportunidad a los pequeños productores de participar”, comenta. La empresa exporta la fruta en congelado entre los meses de setiembre y diciembre y analiza la importación de nuevos varietales.
Asimismo, para el 2023, la empresa prevé pasar de 8,000 toneladas de mango procesado a 20,000 toneladas gracias a que su nueva planta tendrá el doble de capacidad de procesamiento. No obstante, llegar al volumen deseado también dependerá de cómo se realice la fertilización en los campos. En tanto, el procesamiento de granada se mantendrá entre las 500 y 1,000 toneladas.
Salazar anotó que la empresa no tiene nuevos planes de inversión por el momento, considerando que en los últimos dos años se destinó US$ 5 millones para la modernización y ampliación de su planta de congelados ubicada en Casma, en la que se dedicarán a afianzarla tras su inauguración en setiembre próximo.
También se destinó un presupuesto hace unos años para su planta de deshidratado, donde solo procesan mango, aunque han comenzado a realizar pruebas y análisis con otras frutas exóticas. La ampliación respondió a la alta demanda de sus productos de parte de países como Canadá, Estados Unidos y Bélgica.
Salazar finalizó señalando que por ahora están priorizando la consolidación de sus mercados antes que abrir otros, considerando un contexto difícil para la economía mundial en el 2023, ante el aumento del precio de los contenedores y la energía.