Desde hace pocas semanas se dio inicio a la presentación de solicitudes para que los aportantes del Sistema Privado de Pensiones (SPP) puedan retirar hasta S/ 17,600 de su fondo.
Aldo Franciscolo y Luciana Bonifaz, Head of Research y jefa de Inversiones de Independiente SAF respectivamente, consideran que hay tres puntos claves que los usuarios deben tener en cuenta si deciden iniciar ese proceso.
1. Candado
“La mayoría de gente no saca su dinero de la AFP para gastarla. Es más, mucho de lo que se retira o se ha retirado ha ido a otros productos de inversión en compañías de seguros e incluso en las mismas AFP en algunos casos”, indica.
Sin embargo, para las personas es un beneficio en sí mismo poder quitarle el candado a fondos sobre los que normalmente no podrían disponer hasta que decidan jubilarse de manera anticipada a alcancen los 65 años de edad.
“Si es aconsejable hacerlo o no, dependerá de varios factores. Sin embargo, la primera motivación es esa liberar el dinero y tenerlo disponible”, señala Franciscolo.
2. Alternativas de inversión
Luciana Bonifaz, jefa de Inversiones de Independiente SAF, considera que es más conveniente tener los ahorros de largo plazo en dólares que en soles.
“En mi opinión, uno de los puntos importantes de poder retirar ese dinero es tener un ahorro de largo plazo en dólares, que es una mejor opción, ya que las AFP te obligan a invertirlo en soles”, indica.
Franciscolo recomienda que una vez retirados los fondos, una buena alternativa es colocarlos en inversiones líquidas en moneda estadounidense “que permitan, dentro del menor riesgo posible, contar con un fondo que de acá a 15 o 20 años pueda mantener su valor en el tiempo y crecer con una visión conservadora”.
Bonifaz comenta que para ello se pueden usar fondos mutuos o invertirlo en un portafolio balanceado a través de una sociedad agente de bolsa (SAB), entre otras alternativas.
3. Objetivo
Finalmente, tanto Bonifaz como Franciscolo aseveran que el dinero retirado de un fondo de pensiones no debería perder el fin previsional.
“Al final, se va a necesitar esos recursos para el futuro, cuando la persona ya no tenga que trabajar. No está mal liberarla, pues lo importante es que el 100% o la gran parte esté invertido con ese mismo fin”, afirma.