Redacción Gestión

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Frankfurt (Reuters).- E.ON, la mayor compañía de servicios públicos de Alemania, abandonó los planes de escindir sus centrales nucleares alemanas, cediendo a la presión política para que siga siendo responsable por miles de millones de euros en costos de desmantelamiento, lo que hizo caer sus acciones a un mínimo en 20 años.

La decisión debilita la lógica de una escisión planeada de las actividades del grupo de petróleo y gas, comercio de energía y centrales en una unidad separada, vista por los analistas como un intento parcial para limitar el impacto de las costosas plantas atómicas de E.ON, que se deben a ser cerradas como parte de la decisión de Alemania de salir de la energía nuclear.

La firma dijo que incluir sus plantas nucleares alemanas en la nueva unidad, llamada Uniper y que será creada el próximo año, ya no tiene sentido a la luz de los recientes cambios normativos.

"Esta decisión nos protege contra los riesgos para la implementación de nuestra estrategia corporativa", dijo el presidente ejecutivo de E.ON, Johannes Teyssen, en un comunicado.

"No podemos y no esperaremos las posibles decisiones de políticas que podrían retrasar la escisión de Uniper", agregó.

A las 09:06 GMT, las acciones de E.ON bajaban un 5,6 por ciento.