El megapuerto de Chancay que la empresa Qosco Shipping construye 80 kilómetros al norte de Lima se ha convertido en el símbolo de la inversión china en Perú, pero, más allá de esta gran obra de infraestructura, las empresas del país asiático han expandido sus inversiones en la nación andina a sectores tan diversos como minería, energía y tecnología.
Según el último reporte del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), China fue el primer destino de las exportaciones peruanas en los primeros cuatro meses de 2023.
En total, China recibió exportaciones peruanas por un valor de US$ 7,529 millones, lo que supone el 34% del total.
La cifra supone un 6.6% más a la registrada en el primer cuatrimestre de 2022. Ese empuje estuvo motivado en buena medida por el incremento de productos pesqueros como la pota (887%) y minerales como el zinc (25.5%), plomo (8%) y cobre (7%).
Es una muestra de lo que puede suceder una vez esté concluido el puerto de Chancay, que cuenta con una inversión superior a los US$ 3,000 millones y que, aunque no es la primera inversión portuaria de China en Latinoamérica, sí será la primera que operen de forma directa.
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Esta infraestructura hará de Perú el principal punto de ingreso de productos de Asia y convertirá al país en un gran “hub” para toda la región.
Forma parte del gran proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y acerca a Perú a su vecino transpacífico, lo que expone la importancia no solo económica, sino también geopolítica del puerto.
El puerto de Chancay está en la costa central de Perú y de Suramérica, un lugar estratégico por su ubicación geográfica y conectividad, por las excepcionales características naturales de la bahía y por la disponibilidad de terreno suficiente para permitir el desarrollo armónico de un gran complejo portuario y logístico integrado.
Inversiones mineras
Las compañías chinas han invertido más de US$ 16,000 millones en la industria minera peruana desde 2009, un sector que supone el 10% del PBI peruano.
La mayor inversión está centrada en Las Bambas, una mina de cobre ubicada en el sureño departamento de Apurímac que aporta el 1% al PBI peruano.
La mina estuvo paralizada por conflictos que limitaron su producción durante 2022. La mina fue adquirida en 2014 por parte de MMG (controlada por la estatal China Minmetals Corporation) a la suiza Glencore a cambio de US$ 7,000 millones.
Por su parte, la Minera Chinalco Perú, controlada por Aluminum Corporation of China, opera Toromocho, en la región Junín, que produjo 244,712 toneladas de cobre en 2022.
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Ha sido una de las empresas con mejor desempeño en lo que va de 2023 y los dueños están invirtiendo US$ 1,355 millones para extender su capacidad de procesamiento.
Las empresas chinas son, además, las únicas que están explotando hierro en Perú. Shougang Hierro, filial del grupo Shougang Co., opera la mina Marcona, principal yacimiento peruano de este mineral de hierro.
El salto a la energía
El desembarco de las inversiones china saltó en 2019 a Luz del Sur, una empresa de distribución de electricidad que atienda a cerca del 30% del mercado en Perú.
La empresa China Yangtze Power International, subsidiaria de la estatal Three Gorges Corporation, invirtió US$ 3,590 millones y completó la compra en 2020.
Esta transacción supuso en ese momento la mayor adquisición de activos de distribución de energía en el extranjero por parte de una empresa china.
Previamente, Three Gorges Corporation había comprado Chaglla, la tercera central más grande del país, por unos US$ 1,400 millones a Odebrecht.
La presencia china en este sector, se consolidó con la adquisición de Enel Perú por parte de la estatal China Southern Power Grid International (CSGI) a cambio de US$ 2,900 millones, una operación todavía en proceso.
De acuerdo a la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), eso supone una “concentración del 100% del mercado de distribución eléctrica de Lima en manos de la República Popular China”.
Fuente: EFE