La última semana, el Enfen cambió el estado de su sistema de alerta de no activo a vigilancia de El Niño costero, y de mantenerse las condiciones que originan esa anomalía climática, podría tener diversos impactos en actividades productivas como la pesca, según diversos sectores.
Por lo pronto, Yuri Escajadillo, especialista en Climatología del Senamhi, indicó a Gestión que, si bien el cambio a vigilancia del Niño Costero significa una mayor probabilidad de que este ocurra, ya sus primeros efectos se podrían dejar sentir a partir de la presente semana.
Cabe señalar que El Niño se caracteriza por el mantenimiento de temperaturas del mar sobre los niveles promedio normales durante tres a más meses seguidos, y que originan alta sensación de calor y lluvias también superiores a lo normal, lo que a su vez suele originar desbordes de ríos e inundaciones que suelen azotar sobre todo la zona costera.
¿Qué efectos inmediatos traería El Niño?
El especialista dio a entender que, como marzo es el mes del año en que más se acumulan las lluvias, y a ello se suman las condiciones cálidas del mar que ya se registran actualmente y las atmosféricas (vientos), se pueden prever ya este mes lluvias sobre lo normal.
Así, precisó que el pronóstico es que esta semana habrá precipitaciones pluviales en intensidades entre moderada a fuerte, y que ocurrirían particularmente en Piura y Tumbes.
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“En realidad todo está asociado. Este estado de vigilancia a El Niño costero implica que la temperatura superficial del mar en el norte del país esta ya más cálida de lo normal y esto se mantendría hasta mayo, es decir, hasta mediados de otoño”, aseveró.
¿Qué propicia la ocurrencia de El Niño?
Escajadillo explicó que el factor que propiciaría que la temperatura del mar se mantenga cálida hasta el otoño es la ocurrencia de las denominadas ondas Kelvin (que son masas de agua caliente que se desplazan por el hemisferio sur desde Australia a la costa sudamericana) y que llegarán en mayo al Perú.
El experto explicó que la diferencia con el Niño Costero del 2017 es que ya ese fenómeno fue declarado oficialmente en marzo de ese año, pero luego que el calentamiento del mar empezara en enero del mismo.
En cambio ahora, anotó, el calentamiento recién empieza en marzo, y si bien hay condiciones para que continúe hasta mayo, ese periodo del año suele ser una temporada seca.
Es decir, dio a entender que sus efectos se podrían atenuar por ocurrir en época de estiaje, a menos que el calentamiento del mar se mantenga hasta inicios del próximo verano. Sin embargo, remarcó que es muy prematuro aún hacer pronósticos para ese periodo.
Por lo pronto, el Senamhi pronostica que, en los próximos días, las temperaturas podrían llegar en la costa hasta los 35 grados centígrados, mientras en Lima podría oscilar entre los 28 a los 33 grados.
¿Qué efectos tendría El Niño en la pesca?
Por lo pronto Escajadillo indicó que las condiciones cálidas del mar (precursoras de El Niño) pueden tener impactos en las actividades de pesca, aunque indicó que eso lo debe determinar Imarpe.
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Al respecto, Luis Icochea, ex director del Imarpe e investigador de la U. Agraria La Molina, indicó a Gestión que el incremento de la temperatura del mar puede tener un efecto favorable sobre recursos pesqueros destinados al consumo humano directo (CHD).
Aseguró que el mar peruano, que se ha visto afectado por tres años continuos de la ocurrencia del fenómeno La Niña (caracterizado por reducir la temperatura del mar debajo de lo normal), que alejó a especies tropicales para CHD, va a tener un efecto favorable para la pesca de consumo humano, sobre todo en el litoral norte.
Detalló que El Niño concretamente será favorable para traer de regreso a la merluza (que se había alejado del litoral norte), y propiciará una mayor presencia de calamar gigante o pota, y también el jurel, la caballa, el bonito, el atún, el perico, tiburón, entre otras especies tropicales.
Efectos en la anchoveta
Por su parte, Alfonso Miranda, presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la SNI, coincidió en que, de ocurrir El Niño, puede aumentar la pesca de jurel, caballa, y otros pescados, pero también de conchas de abanico y langostinos, entre otros recursos usados por la acuicultura, incluso en el sur chico.
Sin embargo, en el caso de la anchoveta, explicó que en las primeras fases de El Niño, el recurso suele acercarse a la costa y también se origina un problema de alta mortandad para esa especie.
En fases más avanzadas de El Niño, la anchoveta en cambio se profundiza y dispersa, y también puede ser objeto de una alta mortandad.
“Ha habido algunos fenómenos El Niño en los que se ha producido un colapso de la población de anchoveta más o menos importante; en un caso la anchoveta desapareció por más de 10 años y en otro caso tardó un año y medio en recuperarse”, refirió.
Para Jesús Véliz, presidente de la Asociación de Conserveros del Perú, El Niño preocupa, pues por un lado habría menos disponibilidad de anchoveta no sólo para la industria de harina y aceite, sino también para las plantas de conservas que destinan ese recurso para el consumo humano directo.
Sin embargo, indicó que por el calentamiento del mar que ya se registra, hoy hay ya abundancia de jurel y caballa, a pesar que la cuota para su captura ya terminó (con 65,000 toneladas para jurel y 20,000 para caballa).
En esa línea, añadió que Imarpe podría estudiar la posibilidad de ampliar la cuota de pesca de estos recursos, para aprovechar la abundancia de los mismos que traería El Niño.