Aunque la Fed celebró el jueves la reacción de los bancos a sus estímulos monetarios, los esfuerzos no parecen suficientes y el temor a una crisis de liquidez y sus consecuencias existe. (Foto: AFP)
Aunque la Fed celebró el jueves la reacción de los bancos a sus estímulos monetarios, los esfuerzos no parecen suficientes y el temor a una crisis de liquidez y sus consecuencias existe. (Foto: AFP)

La (Fed) de Estados Unidos inunda el mercado de dólares para incitar a los bancos a prestar dinero a las empresas afectadas por la pandemia de coronavirus, pero no es fácil para muchas de ellas acceder al crédito.

Aunque la Fed celebró el jueves la reacción de los bancos a sus estímulos monetarios, los esfuerzos no parecen suficientes y el temor a una crisis de liquidez y sus consecuencias existe, tanto como la preocupación por una eventual catarata de quiebras de empresas y mucho desempleo.

En busca de crédito

Hace algunos meses las empresas con buena calificación crediticia o con un negocio sólido podían obtener fondos frescos sin dificultades para financiar sus operaciones y transacciones.

Ya no es el caso, indicaron bajo anonimato a la AFP fuentes bancarias de instituciones intermediarias entre inversores y empresas.

Según la firma Dealogic, sólo 55 empresas con buenas calificaciones crediticias lograron levantar fondos entre el primero y el 19 de marzo, frente a 172 en igual período del 2019. Entonces el volumen de capital recogido alcanzó US$ 127,000 millones; ahora fue de US$ 66,000 millones.

El lunes de esta semana no hubo transacciones por falta de entidades que concedieran crédito, mientras que las emisiones de obligaciones se contaron el miércoles con los dedos de una mano. El jueves hubo seis, entre ellos de Disney y de Northrop Grumman, dijeron banqueros implicados en las emisiones.

“La ventana está abierta. No es ideal pero no está completamente cerrada”, dijo una de las fuentes, que consideró que las intervenciones de la Fed en el mercado deberían ayudar en las semanas venideras.

Las firmas con baja calificación tienen problemas porque los inversores temen que no puedan pagarles nunca. "No pasa nada" en ese terreno, resumió otro banquero para dar cuenta de la difícil situación.

Para evitar lo peor, Janet Yellen y Ben Bernanke, dos expresidentes de la , recomendaron el miércoles que el banco central compre directamente la deuda de estas empresas. La Fed necesita la autorización del Congreso para hacerlo.

A la caza de efectivo

La crisis sanitaria empujó a muchas empresas a utilizar sus líneas de crédito inmediatamente, por temor a quedarse cortas de liquidez. Boeing utilizó un crédito de US$ 14,000 millones y Ford de US$ 15,400 millones.

Pero la canilla se cierra en este contexto de demanda potencialmente explosiva puesto que muchas empresas podrían encontrarse sin efectivo muy rápido, advierte Bank of America, que pone como ejemplos a FedEx y Archer Daniels Midland.

Commercial paper”

En Estados Unidos las empresas emiten un tipo de deuda conocido como “commercial paper”, de muy corto plazo para pagar salarios, facturas o alquileres. Su vencimiento varía de un día a una semana.

Desde hace varios días, algunas empresas con este tipo de emisiones no pudieron reembolsar a los bancos el dinero que pidieron, según fuentes bancarias.

Incluso piden más liquidez porque siguen produciendo sin despedir personal pero en un contexto de caída de ingresos.

Para alentar a los bancos a prestarles dinero, la Fed se comprometió a recomprar este tipo de deuda.

El problema: la lista de empresas necesitadas es larga, desde industrias al transporte, pasando por hotelería, gastronomía y el sector automotor.

Créditos a pequeñas empresas

Ante una demanda creciente, los bancos tratan de determinar si un pequeño comercio como un restaurante o una peluquería podrán devolverle un nuevo préstamo.

La Fed no puede garantizar estos créditos porque no puede ser propietaria de hipotecas de particulares. El gobierno federal, en cambio, sí puede, lo que da todavía más trascendencia al plan de reactivación que discuten la Casa Blanca y el Congreso por US$ 1.3 billones.