Diego Macera, gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), estimó que el Producto Bruto Interno (PBI) de Perú tendría un crecimiento más cercano al 0% en el primer semestre del año.
“Las cifras de abril y mayo no son buenas”, señaló. Explicó que el bajo dinamismo de la economía en el primer trimestre se debió a las protestas y al factor climático como el ciclón Yaku; “pero en el segundo trimestre ya percibes no haber hecho tu tarea en el 2022″, apuntó.
¿Qué no se hizo? “Es una ralentización más marcada en algunos sectores, inversiones e importación de bienes de capital, lo que te sugiere que las decisiones de inversión empiezan a pasar factura”, señaló en diálogo con Canal N.
En esa línea, recordó que las expectativas empresariales todavía se mantienen en un campo negativo aunque mejor respecto al 2022, sin embargo no se ha llegado a una recuperación completa.
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Para el IPE, el PBI de Perú cerraría el año con una expansión más cerca al 2%, mientras que las expectativas de los analistas sugieren que el crecimiento en 2024 bordearía entre el 2% y 3%.
“Para un país como Perú es un crecimiento insuficiente. No deberías aspirar a un crecimiento de 3% sino, del orden del 4% considerando el mejor precio del cobre. Sin embargo, hoy cruzamos los dedos para llegar a un 3″, declaró.
En el contexto internacional, el escenario incluye la guerra Rusia-Ucrania así como el combate de los bancos centrales contra la inflación, que ha restringido la demanda en los países más fuertes.
Cabe indicar que en los próximos años, el cobre será uno de los minerales más demandados. Alberto Arispe, gerente general de Kallpa SAB, explica: “Hay un cambio estructural por el mercado de cobre principalmente por el ingreso de vehículos eléctricos al mercado, que significa el 4% de la demanda total de vehículos en el mundo. En el 2030 serán 30%, y cada vehículo demanda de 2 o 5 veces más cobre que uno de gasolina. La demanda crecerá y será muy alta, pero la oferta no está creciendo al mismo ritmo”.
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