El empleo formal privado, luego de aumentar 8% en el 2022, crecería a la mitad de esa tasa este año, según proyecciones del BCP.
Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), dicho empleo viene desacelerándose. En enero del 2023 la tasa de crecimiento respecto del mismo mes del 2022 fue de 5.3%, menor a la de diciembre último (6%), y lejos del ritmo de dos dígitos a inicios del año pasado.
Carlos Prieto, gerente del Área de Estudios Económicos de BCP, prevé que la desaceleración continúe a lo largo del año.
Las razones principales de esta es el agotamiento del catch up (recuperación) de los sectores más afectados por la pandemia, la caída esperada de la inversión privada (-3%, según BCP) y una mayor rigidez en la legislación laboral decretada por la administración anterior (Agenda 19).
“Todo el rebote (del 2022) recoge también el retorno a niveles prepandemia y eso se va diluyendo. Quedan pocas industrias aún por debajo de los niveles precovid; la más importante: el turismo receptivo internacional. Es esperable que las tasas se desaceleren, pero dentro de todo ha sido (una desaceleración) gradual respecto a lo que se esperaba inicialmente”, señaló Prieto.
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Desaceleración se acentuaría este trimestre
Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores, indicó que, considerando el estancamiento del PBI en el primer trimestre, ello se podría trasladar al ritmo de generación de empleo en el segundo trimestre.
“Tras el malo primer trimestre, el choque no es inmediato, pero habría una reducción importante en el ritmo de generación de empleo. Las tasas estarían posiblemente alrededor de 2% o 3% desde la última parte del segundo trimestre. En el segundo semestre se vería un impacto más acentuado”, anotó.
Enfatizó el impacto de las lluvias en las actividades económicas, sobre todo agricultura y pesca, las que también golpean las expectativas de las empresas por contratar, en un marco en que prevé una débil inversión privada, riesgos persistente en el frente político e inflación aún alta (que afecta la demanda).
Pese a que se estima un rebote en el segundo trimestre del año (BCR espera un crecimiento alrededor de 3%), para Odar ello no es seguro pues la magnitud del Fenómeno de El Niño aún es incierta.
“El impacto directo es en actividades (agricultura y pesca) que no necesariamente tienen impacto en el empleo privado formal. Sin embargo, sí hay un impacto derivado en la manufactura primaria (vinculado a cosechas, conservas y derivados de pescado) y también en la parte no primaria (por ejemplo, envases o consumo masivo). El impacto puede sentirse más en la segunda parte del año”, manifestó.
Agregó que, en especial en el segundo semestre, actividades económicas que ya habrían recuperado niveles prepandemia entrarían a una “fase de consolidación”, en la que los planes de contratación posiblemente sean más rígidos.
“Estamos en un contexto donde se están reduciendo actividades que habían tenido expansión fuerte a raíz de la pandemia. En el 2020, 2021 y parte del 2022, tuvimos expansión de servicios financieros, telecomunicaciones o construcción, y ahora están en un periodo de corrección. Entonces en el segundo semestre podríamos ver un efecto más notorio en la desaceleración de empleo”, expresó.
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Salarios reales deprimidos
Según BCP, los salarios en términos reales, considerando empleo formal e informal, continúan “deprimidos”.
“En ese contexto de menor dinamismo del empleo formal privado y de la actividad económica en general, se prevé que la tasa de informalidad laboral se mantenga alrededor de sus niveles actuales (76% a nivel nacional y 71% a nivel urbano). Asimismo, los salarios reales continuarían en terreno negativo (respecto del 2019)”, indicó el BCP.
En el trimestre móvil de noviembre del 2022 a enero del 2023 promediaron S/1,803, nivel inferior en 10.4% al reportado en prepandemia (de noviembre del 2019 a enero del 2020).
En dicho periodo, el salario promedio de trabajadores independientes bajó en 17% a S/1,513. Este nivel se mantiene muy por debajo de los ingresos reales de los dependientes, de S/ 1,960, en promedio, 8% menores que en la fase precovid.