Redacción Gestión

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Reuters.- En su mejor momento, el glaciar Pastoruri ubicado en Ancash era visitado por multitudes de turistas que, agrupados en autobuses de dos pisos, eran llevados a sus cumbres andinas de más de 5,000 metros de altura para esquiar, jugar con la nieve o escalar sus vertiginosas cimas.

Era tal el brillo de su hielo y la nieve que el uso de lentes protectores era obligatorio. Pero en menos de 20 años, incluyendo al menos 10 de los años más calientes de los registros históricos, el Pastoruri se ha encogido a la mitad, y ahora se extiende apenas sobre unos 900 metros cuadrados.

El menor número de visitantes del Pastoruri 34,000 el año pasado frente a los 100,000 que se estima lo visitaban por año en la década de 1990 ha erosionado también las ganancias turísticas que son el sustento de miles de pobladores de la Cordillera Blanca, el conjunto de montañas nevadas más popular de Perú.

Sin embargo, sus residentes intentan actualmente atraer nuevos turistas para que conozcan el Pastoruri antes de que desaparezca para siempre, lo que podría ocurrir en una década. En lugar de promocionar al Pastoruri como el oasis invernal en los Andes peruanos que solía ser, el glaciar ha sido rebautizado como un lugar para palpar de cerca el cambio climático.

"La ruta del cambio climático", que será lanzada oficialmente en marzo, es la más reciente respuesta a las crecientes temperaturas, que en las últimas décadas han sido responsables de acabar con entre un 30% y un 50% de los glaciares de los Andes.

Los peruanos han tratado de aislar el hielo con aserrín para retardar su derretimiento, y han pintado de blanco las rocas ya expuestas para que reflejen la luz solar.

En Perú se concentra el 70% de los llamados glaciares tropicales formaciones particularmente sensibles a un alza en las temperaturas del planeta. El Pastorurir tiene una ubicación perfecta para mostrarle al mundo el impacto del calentamiento que algún día será mucho más amplio.

¿Funcionará la nueva propuesta?En "La ruta del cambio climático", los visitantes atraviesan pantanos cubiertos de arcilla roja a medida que escalan una montaña que una vez estuvo cubierta de hielo. "Huelan el agua", dijo Selwyn Valverde del Parque Nacional del Huascarán, llevando unas gotas en su mano. "¿Puedes oler el hierro?", preguntó.

Y pasó a explicar: Las rocas de la montaña que estuvieron cubiertas por años ahora desprenden minerales a medida que el hielo se derrite, dejando fluir agua no apta para el consumo dado que contiene altos niveles de metales pesados como cadmio y hierro. Las rocas recién expuestas también han revelado especies marinas fosilizadas que posiblemente vieron la luz del día por última vez antes del inicio de la última era de hielo, hace más de 100,000 años.

El Pastoruri aún es un impresionante pedazo de hielo, pero no está claro si los turistas, incluso aquellos con inclinación científica, vendrán a observar su lenta desaparición. En Huaraz, Korbinian Munster, un turista alemán, dijo que tomó la recomendación de su libro guía y optó por escalar las rocas que ya no tienen hielo en lugar de pasar el día en el Pastoruri.

Ver el cambio climático de cerca no le llamó la atención. "Prefiero visitar cosas lindas. Ver algo que alguna vez fue un glaciar suena bastante aburrido y triste".