Aunque el crecimiento explosivo de las oficinas ‘coworking’ –que aluden al hecho de compartir un espacio de trabajo y equipamientos–, empezó alrededor de cinco o seis años atrás, cuando Lima pasó de tener 25,000 metros cuadrados (m2) distribuidos en 36 sedes en el 2016, a más de 125,000 m2 en 96 sedes en el 2019; el impacto negativo de la pandemia no tardó en evidenciarse en sus principales indicadores.
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Y después de registrar, en el 2019, una ocupación promedio mayor al 65%, el 2021 terminó con niveles de 40%, pero este año, los resultados serían totalmente distintos. Aun así, “la recuperación a niveles prepandemia probablemente lo veremos del 2023 en adelante”, asegura Max Medina, jefe de investigación de Binswanger Perú.
De acuerdo con el especialista, el coworking puede salir fortalecido con la implementación del trabajo híbrido, debido a que las empresas actualmente están redimensionando el área de oficinas que necesitan y muchas de ellas no tienen definido el metraje de oficinas que necesitarían para los próximos años. “En ese contexto de poca certidumbre, el coworking puede capitalizar y tomar parte de la demanda, ya que ofrecen contratos cortos y oficinas listas para usar”, afirma.
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Similar es la posición de Uri Iskin, CEO y fundador de HIT Cowork. Según las estimaciones de la firma enfocada en espacios colaborativos “en el 2022 volverán a crecer los plazos, tamaños y usos empujados por el consumo corporativo”.
Al respecto, Medina sostiene que “al no tener certeza de los metros cuadrados que requerirán en el largo plazo, el coworking es una solución relevante para las grandes empresas porque ofrece contratos cortos, oficinas listas para usar y la posibilidad de crecer o reducirse sin muchas restricciones”. En ese sentido, en Binswanger Perú consideran que “las grandes corporaciones seguirán siendo inquilinos importantes [para el formato]”.
Tendencias y cambios
Como parte de los cambios que trajo consigo la pandemia, se aprecia mayor interés por las oficinas privadas en comparación con las oficinas ubicadas en espacios abiertos, como los escritorios flexibles y dedicados. Pero, también hay más curiosidad –a decir de la consultora– por servicios como las oficinas satélites y en contratos que incluyan esquemas rotativos de trabajo
A respecto, Medina explica que estos dos últimos servicios se encuentran en una etapa de crecimiento. “El servicio de oficinas satélite es ofrecido por no más de tres empresas en Lima, y esas sedes se ubican en las zonas tradicionales corporativas, por lo que en la medida que se sumen más sedes en zonas no corporativas, el atractivo de este servicio se incrementará”, dice.
Mientras que el esquema rotativo está “alineado” con la implementación del trabajo híbrido. “En el contexto actual, el uso de una oficina tradicional puede no ser eficiente, y en un esquema rotativo se pueden compartir escritorios, pagando una sola membresía”, añade.
En cuanto a la negociación de los espacios, que está migrando a un modelo de ingresos (y riesgos) compartidos entre los operadores de coworking y los propietarios de los edificios, en Binswanger Perú sostienen que Wework y Comunal ya cuentan con varias sedes bajo este esquema, pero todavía no sucede lo mismo con los actores más pequeños del mercado.
“Existe curiosidad de los operadores de coworking más pequeños por trabajar bajo este nuevo esquema, pero no tienen el poder de negociación de los principales jugadores. Es poco probable que un propietario acepte recibir su renta bajo un modelo de ingresos compartidos, con una empresa en expansión inicial o de una sola sede”, explican.
Nuevas sedes y tarifas
A pesar de que en el corto plazo, el interés de los operadores estará en alcanzar una mayor ocupación en sus sedes operativas, y muchos de los planes de expansión seguirán en stand-by, Binswanger Perú estima que en el 2022 se abrirán alrededor de cinco sedes.
“Si bien, es un número sumamente inferior a los ingresos prepandemia, para el 2023 estimamos que se inauguren más sedes que en el periodo 2020–2022. Sin embargo, tendremos más claridad del avance de ocupación y de expansión de sedes durante el segundo trimestre del año”, refiere.
Mientras que por el lado de las tarifas, que se vieron afectadas por la menor demanda y la alta desocupación y, en promedio, cayeron 28%, en la consultora proyectan que este indicador se mantendrá estable en el 2022, “a niveles del 2021″.
Sobre el particular, Uri Iskin de HIT Cowork indica que aunque “sí han cambiado los plazos de contratación, tamaño de oficinas promedio y la cantidad de usos por mes de los contratos”, no han tenido variaciones en los precios.